Corrientes del feminismo


CORRIENTES:

Feminismo anarquista: Las feministas anarquistas ven en el patriarcado una manifestación del autoritarismo por eso piensan que la lucha contra el patriarcado es una parte esencial de la eliminación del estado porque Estado y patriarcado se basan en la ausencia de libertad y relaciones sociales involuntarias. Según el feminismo anarquista, el anarquismo al ser una visión política que se opone a todas las relaciones de poder forzadas sería formalmente feminista. El feminismo anarquista tiene una visión no dogmática de lo que es el feminismo por lo que podemos encontrar diferentes visiones de las cuestiones de género teniendo como base las líneas generales que hemos expuesto
Feminismo filosófico: Se trata de una corriente feminista de especial relevancia en nuestros tiempos. Es una línea de pensamiento que ha sabido conectar los conceptos de mujer y filosofía desde un nuevo punto de vista. En el feminismo filosófico han sido las mujeres las que han opinado de la filosofía y las que han hecho filosofía sobre su propia condición, y no la filosofía la que ha opinado de éstas. Esta escuela ha reexaminado el pensamiento de importantes filósofos como Aristóteles o Hegel que teorizaron acerca de las mujeres, comprobando la desafortunada influencia de los prejuicios filosóficos del pensamiento androcéntrico en todas las áreas. Se trata de un hondo ejercicio de revisión sobre conceptos claves de la historia de las ideas. Se plantea que la historia de la filosofía está incompleta, ya que ésta omite a las filósofas, por lo tanto es un intento de ampliación del marco filosófico revisando y actualizando sus conceptos de manera que el "Hombre" del que hable la filosofía haga referencia al conjunto de seres humanos.

Feminismo lésbico: El feminismo lésbico es un movimiento cultural y una perspectiva crítica que se hizo popular en la década de 1970 y principios de 1980 (principalmente en Norteamérica y Europa occidental). Este movimiento cuestiona la posición de las mujeres y los homosexuales en la sociedad. Se contextualiza mejor como un movimiento que surge del anterior a raíz de la insatisfacción con la segunda oleada feminista y el a principios de la década de 1970. A finales de esta década, el feminismo lésbico constituye un campo de investigación dentro del ámbito académico, aunque limitado en su mayor parte a las disciplinas feministas. Se caracteriza por la revisión y debate. Sin embargo, un elemento clave del mismo es el análisis de la heterosexualidad como una institución. Pero también de la heterosexualidad como capaz de configurar la subjetividad para "producir" mujeres con ciertos mandatos obedientes a los valores heteronormativos, y que vivan sus emociones (el amor) de una forma heteronormativa (incluso en relaciones lésbicas). Esto parte de, y muestra un, enfoque histórico de la "homosexualidad" como objetivo de escrutinio, especialmente sus orígenes. Los textos feministas lésbicos intentan desnaturalizar la heterosexualidad, y una vez hecho esto, plantear hipótesis sobre sus "raíces" en instituciones tales como el patriarcado, el capitalismo y el colonialismo. Además, las feministas lésbicas abogan por el lesbianismo como un resultado racional de la alienación e insatisfacción con estas instituciones. También hay enfoques más discursivos del feminismo lésbico, que plantean el papel del discurso heterosexual en la configuración del "mundo interno" y de las formas de vivir los sentimientos que perpetúan la desigualdad en las maneras de entender el amor o las relaciones afectivo-sexuales.


Feminismo negro e interseccional: El término interseccionalidad fue acuñado por Kimberlé Crenshaw en 1989, inspirada en sus ancestras, feministas negras que lucharon contra la cosificación de sus cuerpos, contra el yugo del racismo, la imposición y no libre libertad de religión, la imposición y no libre elección de género, el sexismo, el capitalismo, y la discriminación de la clase social desde los tiempos de la esclavitud. La interseccionalidad, que se basa en el sistema capitalista tan complejo de estructuras de poder y opresión que son múltiples, y simultáneas. En el marco genérico es la consecuencia de un factor de discriminación que, al interactuar con otros mecanismos de opresión ya existentes crean un conjunto opresiones de raza, etnia, género, clase, (dis)capacidad, identidad de género, orientación sexual, religión, casta, edad, la nacionalidad que interactúan en un mecánico de opresión y se entrelazan entre sí quiere decir que las personas con identidades sociales

construidas como oprimides entre otros a lo que le debe de dar importancia al poder de autodefinirse y combatir definiciones impuestas por estructuras instituciones hegemónicas porque nos enfrentamos a mayores niveles de prejuicios y formas de discriminación, pero no por ello no dejas de ser opresora, todos nacemos perpetuando opresiones ya que el sistema nos enseña así. Hace falta ver los indicadores sociales y económicos, estamos en la parte más baja del peldaño social, más por debajo de las mujeres blancas y de los hombres pertenecientes  a las minorías PoC, raciales y étnicas. En conclusión: hay que revisar nuestros propios privilegios al igual que reconocemos nuestras opresiones y escuchar a otros desde un punto más amplio e inclusivo. Durante la década de los sesenta del siglo XX, empezó a perfilarse la idea de construir un movimiento feminista internacional, debido, por una parte, a que muchas mujeres del tercer mundo acababan de salir del colonialismo y, por otra, a que las integrantes de los movimientos de mujeres en esa época procedían de otros movimientos de lucha. Además, en la década de los sesenta, las reivindicaciones y demandas feministas no estaban encaminadas exclusivamente al derecho al sufragio o a formar parte de las instituciones masculinizadas, sino que otras propuestas políticas enriquecían al feminismo: las afrodescendientes, las lesbianas feministas, las postcolonialistas y las multiculturalistas, entre otras, abrieron el abanico de análisis con nuevas perspectivas en lo que se refería a la subordinación de las mujeres. A través de la postura del feminismo negro, se comenzó a cuestionar la categoría de género de forma universal, sobre todo cuando se utilizaba el concepto de género occidental para caracterizar a las mujeres de color o del tercer mundo, dando lugar a una teoría crítica donde la raza, la clase, la nacionalidad y el sexo estaban entrelazados. Aunque las mujeres negras formaron parte desde comienzos de los años sesenta de los movimientos feministas en EE.UU., muchas de estas mujeres se separaron de ellos y se unieron a los movimientos negros de liberación, fundando posteriormente un movimiento anti-racista y antisexista, basado en que los sistemas de opresión estaban interrelacionados de tal forma que era difícil distinguirlos en las condiciones en que sus vidas se desarrollaban. Así se comenzó a propugnar un feminismo negro que combatiera la variada y simultánea opresión que sufren las mujeres de color. Fueron las afroamericanas y las británicas las pioneras en el desarrollo del feminismo negro, y posteriormente América Latina se alimentó política y teóricamente de estas aportaciones, con sus características específicas. A través de estas líneas analizaremos brevemente estos tres ejemplos: el feminismo negro de los Estados Unidos, las mujeres negras en Gran Bretaña y el feminismo indígena en América Latina. El feminismo negro o “mujeres de color”, como así se hacían llamar, nació en Estados Unidos a finales de los años 60 del siglo XX, con dos principales objetivos: 1.- La reconstrucción del feminismo, dominado hasta entonces por una visión etnocentrista y racista que invisibilizaba en su análisis las experiencias de las mujeres no blancas. 2.- La denuncia del sexismo en el movimiento de los derechos civiles de los hombres negros que se desarrolló desde los años 60. El feminismo negro en los Estados Unidos fue concebido como un movimiento político que denunciaba el predominio de una supremacía blanca y las prácticas patriarcales que se daban tanto en la sociedad norteamericana como en estos movimientos sociales. Las dos organizaciones más relevantes de las “mujeres de color” en los Estados Unidos, fueron la Organización Nacional de Feministas Negras en Nueva York, integrada por feministas afrodescendientes; y el Colectivo “Combahee River”, constituido por mujeres lesbianas y mujeres feministas, que abogaban por una política radical. El feminismo negro en Estados Unidos consideró en su discurso las múltiples opresiones de las mujeres, en la que la raza, la clase, el género y la sexualidad eran variables interdependientes, destacando que las mujeres afrodescendientes eran las grandes ausentes de la historia de las mujeres, junto con las indígenas, lesbianas, migrantes etc. En este pensamiento político el concepto de diferencia fue visto como fruto de experiencias históricas enmarcadas en relaciones sociales de poder y dominación consecuencia del colonialismo y la esclavitud. “La supresión histórica de las ideas de las mujeres negras ha tenido una marcada influencia en la teoría feminista. Vistas más de cerca, las teorías presentadas como universalmente aplicables a las mujeres como grupo resultan, en buena medida, limitadas por los orígenes blancos y de clase media de quienes las propusieron” (Hill Collins. 1998:259). Por otra parte, el concepto de patriarcado, fundamental para la teoría feminista, fue puesto en tela de juicio por haber sido considerado como una dominación masculina indiferenciada, sin examinar cómo éste se concretaba en las experiencias particulares donde la raza, la clase y la sexualidad, jugaban papeles fundamentales en la reproducción social. “Reconocen que en los movimientos negros, existe la idea de que la mujer es diferente al hombre por naturaleza y no puede hacer las mismas cosas que él: así, el hombre negro se ve a sí mismo siempre como el cabeza de familia, concepción contra la que hay que luchar”. (Asunción Oliva Portolés, 2004:145). Además se criticó una de las principales reivindicaciones del feminismo contemporáneo basado en el análisis de la división sexual del trabajo y en la diferenciación entre roles femeninos y masculinos, como era el derecho al trabajo asalariado fuera del hogar, que permitiese a las mujeres una autonomía financiera a la vez que lograr reconocimiento social. Las feministas negras criticaron la visión racista y clasista de esta reivindicación argumentando que lo que se proponía con respecto a que las mujeres se liberaran del trabajo doméstico para profesionalizarse igual que lo hacían los hombres blancos, no consideraba a las mujeres afrodescendientes, que siempre trabajaron fuera del hogar como fuerza de trabajo en las calles y en las casas de los y las blancas, fruto de la herencia de la esclavitud. En Gran Bretaña se inició el movimiento de mujeres negras en los años 70, a través de una lucha anticolonialista y contra el racismo, la desigualdad de clase y las prácticas patriarcales. Entre las organizaciones que surgieron destacó la “Organization of women of Asian and African Descent”, primera organización nacional, y el grupo de Mujeres Negras de Brixton (AWAZ). El concepto de “mujer negra” se convirtió en una identidad política estratégica para hacer frente a un racismo institucionalizado expresado en la violencia policial, en los servicios públicos y en los efectos de la migración que las colocaba en condiciones de desigualdades materiales, sociales y culturales. El término negro“es un acto de oposición que declara la supremacía de historias de resistencia y opresión sobre las tácticas divisivas de la clasificación científica” (Sudbury, 2003:288). Al igual que pasó en Estados Unidos, las mujeres negras de Gran Bretaña cuestionaron la supuesta unión homogénea que planteaba el feminismo blanco y que no reconocía la diversidad de las mujeres, por ello muchas de las mujeres negras británicas se distanciaron del feminismo blanco para luchar contra el racismo, siendo el movimiento de mujeres negras en Gran Bretaña un referente importante de lucha política antirracista y antisexista que articulaba diferentes niveles y formas de opresión. El pensamiento político latinoamericano ha estado enmarcado en un contexto determinado por la colonización y la conquista que supuso la esclavitud indígena y africana, una esclavitud que se extendió y tuvo consecuencias en la vida de la gran mayoría de la población, de la cual, las mujeres fueron históricamente, las grandes afectadas. La acción política de las mujeres se llevó a cabo para hacer frente a las dictaduras, el machismo y el racismo de América Latina, pero en el feminismo latinoamericano hubo un sesgo clasista y racista debido a las diferentes posiciones sociales, económicas y culturales de las mujeres de América Latina. Aunque la afrodescendencia o la indígeno-descendencia estuvo presente en toda la población latinoamericana, fue más significativa en aquellos núcleos de población más racializados a lo largo de la historia, y ello se reflejó en el feminismo, siendo las afrodescendientes y las indígenas las que se encargaron de evidenciar estas diferencias entre mujeres, y de denunciar el racismo existente en el feminismo que se divulgaba sobre las bases elitistas y clasistas y que no tomaban en cuenta en sus postulados teóricos ni en sus acciones políticas, los múltiples niveles de opresión en los que vivían la mayoría de las mujeres. La visibilización del racismo en las sociedades latinoamericanas ha sido la ardua tarea que han tenido que asumir las organizaciones de mujeres afrodescendientes, pues, debido a la ideología del mestizaje, el racismo se asocia casi siempre a experiencias ligadas al aparthaid o a un segregacionismo como lo fue el caso de Estados Unidos y África del Sur, asumiendo que la situación de marginación y exclusión socio-económica que viven las poblaciones afrodescendientes e indígenas se debe más por su situación de clase que por el racismo mismo. Las afrodescendientes latinoamericanas cuestionaron la visión de la separación de esfera pública y privada y de la concepción del trabajo de la teoría feminista, comprobándose la visión racista en el siguiente párrafo: “Cuando hablamos del mito de la fragilidad femenina que justificación históricamente la protección paternalista de los hombres sobre las mujeres, ¿de qué mujeres se está hablando? Nosotras -las mujeres-negras- formamos parte de un contingente de mujeres, probablemente mayoritario, que nunca reconocieron en sí mismas este mito, porque nunca fueron tratadas como frágiles. Somos parte de un contingente de mujeres que trabajaron durante siglos como esclavas labrando la tierra o en las calles como vendedoras o prostitutas. Mujeres que no entendían nada cuando las feministas decían que las mujeres debían ganar las calles y trabajar. Somos parte de un contingente de mujeres con identidad de objeto. Ayer, al servicio de frágiles señoritas y de nobles señores tarados. Hoy, empleadas domésticas de las mujeres liberadas” (Carneiro, 2005: 22). A través del feminismo negro se explica que existe una gran heterogeneidad entre las mujeres del mundo, por lo que no se puede hablar de la discriminación de las mujeres sólo desde la categoría de género, es decir, por el sólo hecho de ser mujeres; esta visión puede valer para la mujer blanca occidental de clase media, pero no para una gran parte de mujeres del mundo que por haber nacido en un lugar determinado, pertenecer a una raza, a una clase social o a una etnia, se encuentran discriminadas y subordinadas, además de por ser mujeres. Los argumentos del feminismo negro se basan en que la categoría género está entrelazada con las categorías raza, clase o nacionalidad, no siendo la misma discriminación, la que puede sufrir una mujer blanca de clase media en un país desarrollado, que la discriminación sufrida por una mujer negra, de una clase social muy baja, y de un país del tercer mundo, la cual, además de ser discriminada por ser pobre, negra y vivir en un país subdesarrollado, es discriminada por ser mujer. Por ello, la lucha por la igualdad de las mujeres adquiere diferentes matices y significados dependiendo del lugar, de la clase social, de la raza, de la educación, de la nacionalidad, etc., y no sólo es una lucha de género. Les dejo este PDF: https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Feminismos%20negros-TdS.pdf
Feminismo individualista o libertario: El feminismo individualista es un tipo de feminismo libertario que celebra y exalta la individualidad de cada mujer con base en el principio de la soberanía sobre sí mismaPor una parte, existe una tradición que combina feminismo con el liberalismo libertario, argumentando que una postura pro libre mercado y antiestatistaimplica el reconocimiento de la igualdad de derechos y el empoderamiento para las mujeres. Sin embargo, algunos anarcocomunistas como Emma Goldmantambién han defendido posiciones feministas e incluso egoístas. Ha sido definido en oposición al feminismo de género por algunas personas como Wendy McElroy y Christina Hoff Sommers, principalmente debido a su discrepancia en los métodos. Mientras otros rechazan esta oposición defendiendo que ambas tendencias son compatibles al ser el género y la sexualidad elementos que definen la identidad de los individuos. El ifeminismo rastrea parte de sus orígenes en las figuras feministas del liberalismo antiesclavista y del anarcoindividualismo del siglo XIX con base en los Estados Unidos, donde destacan las figuras de Voltairine de Cleyre, Dora Marsden, Ezra Heywood, Gertrude Kelly, Rachelle Slobodinsky, entre otros; y en las mujeres fundadoras del libertarismo moderno laissez faire en el sigloXX como Rose Wilder Lane e Isabel Paterson. En el ámbito latinoamericano se encuentran como pioneras la brasileña Maria Lacerda de Moura y la argentina América Scarfó.
  1. El feminismo individualista se caracteriza por promover un sistema jurídico que elimine privilegios de género, y así poder garantizar que las personas tengan iguales derechos individuales. Así pues, consideraría incoherente estar a favor de algún tipo de discriminación sexual, y cree que el verdadero cambio se produce tumbando las supuestas limitaciones femeninas en un plano de igualdad.
  2. Alienta a las mujeres a asumir la responsabilidad por sus propias vidas. También se opone a la injerencia del Estado en las elecciones que hacen los adultos con sus propios cuerpos, ya que sostiene dicha interferencia es coercitiva e inmoral. Por esta razón se opone a los mecanismos que limiten algún derecho individual o la igualdad de derechos, como pueden ser la discriminación positiva, la prohibición de la prostitución o la pornografía, o las políticas de cuotas de género ya que, en este sentido, rechaza medidas que renuncien a la igualdad de oportunidades en favor de la igualdad de resultados.
  3. Se destaca por defender el derecho a la libertad de expresión de la feminidad, masculinidad y la sexualidad
  4. Se opone al «feminismo revanchista» y a la misandria, así como en general al uso indebido de instrumentos legales que pretenden frenar el machismo sin establecer un verdadero plano de igualdad. Medidas señaladas como reflejo resentido del machismo y que, por tanto, son también una derrota. Afirman que debe verse a los hombres como compañeros y no enemigos, ya que el patriarcado es una institución de control social heredada y que perjudica a los individuos nacidos en ella también más allá del género femenino (elemento especialmente visible en los ataques por homofobia, transfobia o en elementos de opresión estatal como lo es el servicio militar obligatorio a razón del sexo de la persona).
  5. Dentro de la etiqueta de feminismo individualista se identifica a feministas disidentes que demandan conocimiento y responsabilidad compartida entre hombre y mujeres con respecto a la violencia doméstica

Feminismo Islámico: El feminismo islámico es un movimiento que reivindica el papel de la mujer en el Islam cuando éste fue deteriorado por el patriarcado. Se lleva a cabo a través de los versículos coránicos donde se le otorga a las mujeres sus derechos legítimos. También se usan algunos «hadith» del Profeta Muhammad (sws). Los «hadith» son discursos religiosos. Hadith; "El creyente que tiene la fe más completa es aquel que se comporta bien, y el mejor de entre vosotros es quien mejor trata a su esposa". El feminismo islámico reclama los derechos que el Islam otorgó a las mujeres con la aparicion del mismo hace aproximadamente 1400 años, ya que estos se violan continuamente en la sociedad actual. Lo reivindican las feministas islámicas es luchar contra el machismo y la sociedad patriarcal sin renunciar a nuestras creencias, a nuestra identidad, a nuestra forma de vestir, etc., aceptando que el feminismo islámico es un movimiento que nace para cubrir esas necesidades como mujeres y musulmanas, es decir, que no es algo ajeno sino que nace con ellas. El Burka o Hiyab suscitan controversia y polémica; una de las controversias sería el debate sobre si su uso es o no machista. El burka no es una prenda islámica, sino que es afgana y lo usan actualmente las mujeres en Afganistán. Allí es obligatorio llevarlo por el régimen Talibán, que es el que gobierna el país. Cabe aclarar que los talibanes, al igual que ISIS, no predican absolutamente nada de lo que transmite el Islam, todo lo contrario; son asesinos, violadores e islamófobos. Si una mujer por su propia cuenta decide ponérselo, se respeta totalmente su decisión aunque no se suelen ver a mujeres llevar el burka debido a su gran peso. Hemos de señalar que hablar del burka no es lo mismo que hablar de Hijab y Niqab. En este caso, su uso es más amplio. Éstas sí son prendas islámicas que surgieron junto al Islam. Antes de su llegada, las mujeres eran pertenencia de los hombres; las forzaban a prostituirse, eran esclavas, se les consideraban objetos, comercializaban con ellas, y hasta llegaban a enterrarlas vivas cuando una nacía. Con la llegada de la religión, esto se intentó erradicar dándole a la mujer los mismos derechos que los de un hombre elevando su estatus social al de «in san» (ser humano). Cuando las mujeres se rebelaron, decidieron ponerse el hijab como signo de distinción de que no pertenecían a los hombres, y quienes lo llevaban habían recuperado su total libertad, y gozaban de los derechos que les otorgó el Islam, lo cual, al contrario de las interpretaciones occidentales, es un signo de liberación y no de machismo. Por tanto, la visión de éste como un símbolo machista es discriminatorio en sí, ya que nos estaríamos dejando guiar por los prejuicios islamófobos. ¿Por qué a una joven musulmana que decide llevar el hijab hay que exigirle que justifique su decisión y a otra joven que decide usar otro tipo de vestimenta totalmente diferente no se le exige esto? No deberíamos cuestionar la forma de vestir de ninguna mujer. Llevar el hijab no es machista porque la principal razón que las lleva a hacerlo es el sometimiento a Dios. Es una decisión que tiene que nacer en cada mujer de forma individual, pues es una cuestión entre la creyente y Dios. Hemos de añadir también que bajo sus creencias no cabe coacción en los asuntos de la religión ("La ikraha fi din"), y suele ser su seña de identidad, además de representar el rechazo a la globalización de una vestimenta impuesta por el patriarcado. El hijab es más conocido como "velo" o "pañuelo", es una prenda que cubre la cabeza (pelo y orejas) y el cuello. El niqab es el velo integral, cubre la cabeza y la cara, dejando al descubierto únicamente los ojos. Los hombres no llevan hijab porque ellos fueron los opresores y privilegiados, no los oprimidos. No necesitan esa prenda como muestra de libertad. Además, el uso de la hijab es una cuestión opcional y su uso debe ser decisión de quien lo quiera llevar, sin ser impuesto a nadie por nadie. El Corán, el libro sagrado del Islam, interpreta el papel más importante en el feminismo islámico, ya que contiene todos los versículos con los que se puede llevar a cabo este movimiento, y sin él, el feminismo islámico quedaría fuera de existencia. Al parecer, según las visiones del movimiento, el Corán es el único libro sagrado de las tres religiones monoteístas que habla de la igualdad entre el hombre y la mujer, pero los que se encuentran en el poder han ido desviando el verdadero mensaje del islam, dando como consecuencia que esta religión se haya interpretado de una manera machista, en donde la mujer salió desfavorecida y el islam termine inclinándose en favor del patriarcado. Con respecto a la opinion que se tiene dentro del islam de las personas del colectivo LGTBQI, no está muy clara la total aprobación de la homosexualidad en el islam, ha habido varios estudios que han estado tanto a favor como en contra. Respecto a lo de ser, por ejemplo, gay y musulmán sí es posible, y no es ninguna contradicción. Una vez creas en las palabras del Profeta, en Allah, en lo que predica el Corán, y seas practicante ya eres consideradx musulmánx. Es cierto que actualmente en muchos países "islámicos" condenan la homosexualidad, eso no quiere decir que rigen adecuadamente las leyes islámicas. Todxs lxs seres, sin distinción tienen un lugar en el Islam al ser criaturas de Allah, ya que la Divinidad no tiene género. Por lo tanto, el género y la orientación sexual de las personas no debe ser motivo de discusión entre lxs musulmanxs, para decidir el derecho de tales personas a comunicarse y establecer una relación con Dios. Si nos vamos a las creencias básicas del Islam, y aceptamos que Allah es justo y todo lo creado es obra suya, pues no hay razón para condenar aquello que Allah ha permitido en su total sabiduría. Los musulmanes homófobos que condenan la homosexualidad son los mismos que dejan llevar a cabo matrimonios forzosos, ablaciones de clítoris y la contracción de matrimonios de hombres con niñas. Ahí entran también en el campo de la pedofilia, y el islam no permite nada de lo citado aquí. En el islam, la sodomía sí está prohibida tanto para mujeres como para hombres. Según las personas creyentes, el islam es una religión de paz y está en contra de toda discriminación, y es imposible creer que castigue la homosexualidad por ser algo distinto de lo que nos han inculcado desde pequeñxs, y no hace daño a nadie. De hecho, hace unos siglos, lxs homosexuales occidentales huyeron al mundo árabe porque en Occidente era castigada la homosexualidad. Como en aquella época en las tierras árabes gobernaban con leyes islámicas (tal cual, no como ahora), las personas homosexuales consideraban el mundo árabe como "el paraíso de los homosexuales" . Bajo sus creencias, la discriminación no es parte de su ética. Antes de concluir, habría que tratar la cuestión de la apropiación cultural, que consiste en la adaptación de algunos elementos específicos de una cultura por un grupo cultural diferente. Esta apropiación cultural se manifiesta cuando unos individuos ajenos a esa cultura se apropian sin conocer el valor y significado de cierta vestimenta, música, arte, símbolos, bailes, rituales, amuletos propios de una cultura, etc, que forman parte de una determinada identidad cultural y religiosa que no les pertenecen, lo que resulta ser ofensivo. Un ejemplo de apropiación cultural es la famosa mano de Fátima y las kufiyyas palestinas llevadas por Femen en sus manifestaciones y algunes antifascistas. Las kufiyyas pertenecen a lxs palestinxs, y las usan en su lucha, pero que día de hoy, Occidente se ha apropiado por completo de esta prenda y lo más aberrante es que la mayoría lo han hecho con su total ignorancia. El deber -sí, deber. Recordemos que son las propias oprimidas quienes deciden cómo, cuándo y de qué manera llevar su lucha- de las feministas occidentales es apoyar las decisiones de las feministas islámicas, quienes consideran que debemos informar sobre Islam, sugieren qué mejor que leer el Corán y los hadithes. Que no sea desde una perspectiva Occidental prejuiciosa y cargada de odio hacia la religión. Las feministas occidentales tenemos privilegios sobre las feministas musulmanas y si alguna de las compañeras islámicas nos corrigen conductas sobre su lucha, debemos aceptarla de buena gana ya que, como musulmanas, conocen mejor su opresión y cómo les podrían afectar nuestros actos. No tomemos acciones del tipo Femen que más que un movimiento feminista, es un movimiento xenofobo, racista y nazi. Aún sorprende la idea de que haya gente que considere a Femen feministas. A modo de ejemplo, solo hay que fijarse en la falta de respeto hacia las compañeras y cómo se dirigen algunas personas hacia ellas: tachan a las feministas musulmanas de bobas y sumisas. Un grupo de personas que intentan decidir por ellas lo que deben llevar en la cabeza, o no, y cómo vestir haciendo caso omiso de sus propias decisiones, feministas desde luego que no son. Pero sí un grupo de mujeres cis racistas por excelencia y que recurren a la apropiacion de la cultura con el robo de las kufiyyas. Al igual que toda mujer en este sistema patriarcal, las compañeras islamicas han sufrido el machismo y una gran mayoría han sido conscientes de ello mientras crecían y se hacían preguntas donde recibían respuestas poco, o nada, convincentes. Hay algo importante que añadir: las compañeras islámicas ven un problema en las traducciones del Corán al castellano. Lo traduce del árabe al español de forma literal, eso crea bastantes confusiones y se llevan a cabo malinterpretaciones. Por eso dicen que se deben buscar interpretaciones de los versículos coránicos para los que no sepan interpretarlo. Esas interpretaciones sólo pueden ser posibles por profesionales y por eso hay que tener cuidado de que las fuentes no sean engañosas. «El Islam es la única de las tres religiones del Libro, que ha incluido en los textos –del Corán considerado como la palabra de Dios– la idea de la igualdad fundamental de la mujer y el hombre (tanto la una como el otro considerados como seres humanos o insan) y en ello incluye la cuestión de los derechos de la mujer y de la justicia social. Este es un mensaje que ha sido pervertido a nombre del Islam mismo. El patriarcado preexistente, que el Corán ha llegado a atemperar y finalmente a erradicar (...) ha demostrado ser muy resistente. Y es a pesar de la persistencia del patriarcado que la religión musulmana fue adoptada. La manipulación por las fracciones dominantes de la sociedad fue tal que el Islam terminó por ser percibido como naturalmente patriarcal, hasta el punto de borrar la contradicción inherente entre la palabra revelada y el patriarcado y de aniquilar toda reivindicación islámica en favor de la igualdad de los sexos y de la justicia social. Esta no es la menor paradoja de constatar que la única religión que ha inscrito el reconocimiento de la igualdad de los sexos en sus textos, sea actualmente considerada como la más machista de todas. Los machistas musulmanes en el ámbito estatal, social o familiar y los detractores del Islam tienen un interés común, aunque por razones diferentes, para perpetuar tal ficción e un Islam patriarcal.»


Feminismo ecologista: El ecofeminismo es una rama del feminismo que surgió en Francia en la segunda ola feminista (años 70) en la cual se relacionan la lucha feminista y el movimiento ecologista. Françoise d'Eaubonne fue una escritora feminista francesa y la mujer que creó el término "ecofeminismo" ("ecologismo-feminismo"). El ecologismo es movimiento/ideología basada en la aplicación de ciertos conceptos ecológicos a la protección del medio ambiente conla finalidad de cuidarlo, respetarlo, no degradarlo (aún más) y de buscar alternativas que ayuden a ello. A primera vista, el movimiento ecologista y el feminista no están relacionados en absolutamente nada, sin embargo el pensamiento ecofeminista establece que ambas luchas tienen causas y consecuencias comunes. CAUSAS: -Conexión entre la explotación/degradación del medio y la opresión de las mujeres frente a un sistema patriarcal-capitalista. En algunos tipos de ecofeminismo se ve como enemigo común al patriarcado (que oprime a las mujeres) que llevado a el medio natural,  el cual está siendo degradado por la figura masculina (idea patriarcal de "amo y guerrero"). -Relación que establece el patriarcado entre la mujer y la naturaleza. La mujer siempre ha sido relacionada con la naturaleza ("la madre naturaleza" por ejemplo) mientras que al hombre se le ha relacionado con  la cultura y con la capacidad de alterar/dominar la naturaleza. El patriarcado que va de la mano con el capitalismo, siempre ha dado más importancia a la cultura(hombre) que a la naturaleza(mujer). Es decir, que tanto las mujeres como la naturaleza hemos estado subyugadas por un sistema patriarcal y económico-capitalista.Esta relación mujer-naturaleza va a ser criticada por algunos tipos de ecofeminismo y utilizada para reforzar el discurso de otros. OBJETIVO O CONSECUENCIA PRINCIPAL:  -En un futuro (ESPEREMOS) no muy lejano, ambas luchas/movimientos cobrarán un papel importante enla creación de una sociedad sostenible, justa e igualitaria.Libre de jerarquías, en la cual no se beneficiarán unxs a partir de la explotación u opresión que ejercen sobre otrxs. TIPOS DE ECOFEMINISMO: -ECOFEMINISMO RADICAL: viene del feminismo de la diferencia. Se centra en la relación que hay entre la mujer y la naturaleza,y cree que la opresión/explotación que han sufrido ambas es culpa del dominio que ha ejercido el hombre sobre ellas. -ECOFEMINISMO LIBERAL: viene del feminismo de la igualdad. No cree que las mujeres tengan que tener una posición diferente a la de loshombres a la hora de respetar/proteger/cuidar de la naturaleza.Tampoco cree que las mujeres y la naturaleza estemos "vinculadas".Podríamos decir que separa las luchas. -ECOFEMINISMO SOCIALISTA: culpa tanto al capitalismo como al patriarcado de los problemas medioambientales, ya que considera que el patriarcado ha dado ciertos privilegios/poder a los hombres (mientras que alas mujeres se les ha privado de ellos) y el capitalismoles ha dado los medios para explotar a la naturaleza en su beneficio.Aboga por la creación de una sociedad socialista basada en una nueva relación entre géneros y una nueva relación con naturaleza. -ECOFEMINISMO CLÁSICO (esencialista): sitúa a la mujer en una posición más privilegiada a la hora de liderar la lucha contra la explotación y la degradación del medio ambiente, ya que se piensa que estamos más ligadas a la naturaleza que los hombres. No piensa que sea algo malo la idea patriarcal de naturaleza-mujer, al revés, declara que estamos dotadasde cierta sensibilidad a la hora de preservar la naturaleza que los hombres no tienen. -ECOFEMINISMO POSTCOLONIAL (espiritualista): critica duramente el desarrollo tecnológico occidental (de hecho es llamado "mal desarrollo")y considera a el "Capitalismo Patriarcal Colonizador" como principal enemigo del movimiento.Tienen bastante en común con el ecofeminismo clásico, ya que sigue dotando a la mujer y a la naturaleza de cierto carácter sagrado. -ECOFEMINISMO ESPIRITUALISTA surgido en América Latina: teología ecofeminista (asociada al cristianismo) que se basa en la defensa de lasmujeres pobres, las víctimas provocadas por la destrucción de la Naturaleza y lxs indígenas.Critica duramente la imagen de Dios como dominador, la discriminación de la mujer en la Iglesia y toda la misoginia que hay en la religión. -ECOFEMINISMO CONSTRUCTIVISTA: también llamado FEMINISMO ECOLÓGICO, alega que ambas luchas no deben ser "fusionadas" pero que sí que sedeben aliar en momentos puntuales sin ser opacadas entre ellas.Niega esa relación mujer-naturaleza y critica los roles de género (los anteriores tipos los utilizan para reforzar dicha relación)pero sí afirma que tanto la naturaleza como las mujeres han sido explotas y dominadas durante siglosy que, por lo tanto, comparten razones y objetivos comunes. -ECOFEMINISMO ILUSTRADO: se basa en la sostenibilidad, la ecojusticia, el diálogo intercultural y la aceptación del desarrollo tecnológico(a diferencia del ecofeminismo espiritualista) y la ciencia usadas de forma prudente y orientadas a la creación de una sociedad sostenible. E. ESPIRITUALISTA Y ESENCIALISTA) VS E.CONSTRUCTIVISTA: Uno de los debates internos que presenta el ecofeminismo es el choque entre el espiritualista/esencialista y el de corte constructivista.Digamos que el ecofeminismo clásico (espiritualista/esencialista) defiende la idea de que las mujeres estamos unidas "en esencia" con la naturaleza y que poseemos cierta bondad y sensibilidad que los hombres no tienen, de hecho, se ve al hombre como el principal culpable de haber llegado a la situación de crisis (sobre todo medioambiental) que estamos actualmente.Considera que la tierra es "sagrada" y le da mucha importancia al vínculo entre las mujeres y la naturaleza.Mientras que el ecofeminismo constructivista está en contra de esa idea de que "las mujeres estamos más predispuestas a cuidar" y de que "tenemos cierta sensibilidad y bondad de forma innata".Establece que esa idea sobre la mujer es culpa de los roles de género, es decir, que no es algo "innato" sino algo que ha sido "construido" por un sistema patriarcal.No piensa que la mujer y la naturaleza están vinculadas de esa manera ni atribuye dicho componente sagrado/místico a la naturaleza. 


Feminismo separatista: El feminismo separatista es una corriente feminista que defiende la separación de hombres y mujeres en la sociedad, bien por considerar que hombres y mujeres son en esencia diferentes y esta unión perjudica a las mujeres, o bien por considerar que los roles de género son construcciones sociales con las que hay que acabar, siendo necesario previamente una concienciación masiva de las mujeres, algo que no es posible mientras tengan relaciones con los hombres, pues en general los hombres no se oponen al patriarcado. Estas feministas han identificado su enemigo en los hombres, auténticos arquitectos de las relaciones sociales patriarcales que imponen la impotencia a las mujeres. Como consecuencia, las feministas separatistas afirman que la única solución efectiva para conseguir el bienestar de las mujeres es que su existencia sea lo más independiente posible de los hombres, tanto sexual, como emocional y materialmente. Esta posición ha dado lugar a prácticas tales como la prohibición del ingreso de niños varones en las guarderías feministas y los centros de mujeres, y en su formación norteamericana extrema, a la fundación, por parte de Valerie Solanas de la Sociedad para la Destrucción de los Hombres (SCUM) Una de las más importantes feministas separatistas en Sheila Jeffreys, figura muy influyente para el movimiento feminista lésbico.



Feminismo liberal: El feminismo liberal se caracteriza por definir la situación de las mujeres como una desigualdad, no como opresión ni explotación, y por postular la reforma del sistema hasta lograr la igualdad entre los sexos. Las liberales comenzaron definiendo el problema principal de las mujeres como su exclusión de la esfera pública y propugnaban reformas relacionadas con la inclusión de éstas en el mercado laboral. Aboga por la partición democrática de la mujer en el Estado Liberal, por ello sería una de las bases del sufragismo. Es un feminismo que bien se entiende para principiantes pero no puedes quedarte en él ya que es individualista y superficial.

Ciberfeminismo: Término resultante de la fusión del ciberespacio y feminismo, que comenzó a ser usado en 1992 por la teórica inglesa Sadie Plant y por el grupo de artistas australianas VNS Matriz. Plant, asocia el término a la relación entre mujer y tecnología, que describe como íntima y subversiva. Para Plant, el ciberfeminismo es la "respuesta teórica al hecho de que cada vez más mujeres aporten su innovador impulso dentro del arte electrónico y las tecnologías virtuales. El ciberfeminismo es una forma de posicionarse, una actitud proactiva y feminista que se realiza utilizando las tecnologías de la información y comunicación, como recursos del nuevo espacio público. Promueve conexión entre mujeres y la tecnología para investigar y descifrar los códigos de dominación y control de la cultura tecnológica; aprovecha para ello la capacidad de experimentación y las posibilidades que ofrece el ciberespacio para la creación de otras formaciones sociales, otras identidades y otra forma de activismo político.


Transfeminismo: El transfeminismo es una corriente del feminismo. Es un feminismo hecho por y para las personas (trans)genero y su finalidad es dotarles de un acervo cultural y filosófico para reivindicar su propia autonomía personal en una sociedad que de primeras no está dispuesta a ello. Se encuadra dentro de los denominados nuevos feminismos y tiene una gran influencia del activismo LGBT y la teoría queer, especialmente desde la visión transexual, transgénero e intersexual; así como de tendencias antirracistas y postcoloniales, y de movimientos políticos que buscan la abolición de la segregación social por motivo de pertenencia a una clase social, a una etnia, a un género o a una orientación sexual. El concepto de transfeminismo va más allá de obtener la liberación de la mujer, sino que entiende el propio concepto de género como una construcción que se utiliza como herramienta de opresión. Se trata de un movimiento de resistencia que entiende el género como un sistema de poder que produce, controla y limita los cuerpos, para adaptarlos al orden social establecido, pretendiendo modificar, ampliar, alterar y transformar los códigos que rigen todas estas construcciones sociales.


Feminismo marxista: Es una corriente de la teoría feminista que defiende la abolición del capitalismo y la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres, partiendo de que el sistema capitalista conlleva la opresión de las mujeres, materializada en desigualdad económica, confusión política, moral burguesa y relacionales sociales insalubres. A pesar de existir una diferenciación entre términos con el feminismo regular, el modo de operar de ambos, su ideología y patrón de acción resultan ser los mismos. Según el marxismo, en las sociedades capitalistas el individuo forma parte de una clase social, la cual determina sus capacidades, necesidades e intereses. El feminismo marxista considera que la desigualdad de género está determinada en último término por el modo capitalista de producción en la división social en clases. La subordinación de la mujer es vista como una forma de opresión que es mantenida porque sirve a los intereses del capital y de la clase dominante.


Feminismo radical: El feminismo radical es una corriente feminista que surge en Estados Unidos a finales de los años 60 y continúa en la década de los 70 que sostiene que la raíz de la desigualdad social en todas las sociedades hasta ahora existentes ha sido el patriarcado, la dominación del varón sobre la mujer. Esta corriente se centra en las relaciones de poder que se organizan en la sociedad, construyendo la supremacía masculina, entre otras cuestiones debido al papel reproductivo del hombre y la mujer. e denomina feminismo radical porque se propone buscar la raíz de la dominación. Las radicales identificaron como centros de la dominación patriarcal esferas de la vida que hasta entonces se consideraban "privadas". A ellas corresponde el mérito de haber revolucionado la teoría política al analizar las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad; lo sintetizaron en un slogan: lo personal es político (Lectura de tarea: http://www.mujeresenred.net/historia-feminismo3.html). 

Consideraban que los varones, todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Así lo refleja el manifiesto fundacional de las New York Radical Feminist (1969), Politics of the Ego, donde se afirma: Pensamos que el fin de la dominación masculina es obtener satisfacción psicológica para su ego, y que sólo secundariamente esto se manifiesta en las relaciones económicas. Las radicales tomaron distancia de los movimientos de izquierdas de los años sesenta, que vinculaban el feminismo al socialismo y la democracia, para extender la lucha contra el patriarcado de lo económico y público a lo social y privado. De esta corriente han derivado, entre otras, el feminismo cultural (corriente del pensamiento feminista que tiene como base teórica la existencia y la valoración positiva de la "cultura femenina". Al contrario del feminismo radical, que se centra en las estructuras de dominación de la mujer, el feminismo cultural se centra exclusivamente en las mujeres como grupo, en su forma particular de desarrollar su existencia y en la construcción de su identidad cultural). Sus argumentos defienden que la opresión de la mujer comienza en su propio hogar ejercida por los padres-maridos-parejas a través de las relaciones sexuales, la capacidad reproductiva, el control del cuerpo o el trabajo doméstico gratuito. Sostienen igualmente que el fin del capitalismo y la igualdad en la educación, las empresas o instituciones no son suficientes para acabar con la dominación masculina, ya que las relaciones de poder se desequilibran desde el matrimonio y la familia. Si las feministas negras hablaban de "razas" y las socialistas de "clases" el feminismo radical define la "casta sexual" para explicar la estructura base del poder. En efecto, las feministas radicales contribuyeron a visibilizar muchos problemas de las mujeres que a finales de los años 60 se consideraban privados, personales o naturales. Y definieron muchos de los asuntos centrales del debate feminista de hoy en día como exigir seguridad para las mujeres en los espacios públicos, acabar con la llamada dictadura de la belleza y, sobre todo, como apunta Nuria Varela en su libro 'Feminismo para principiantes', poner sobre la mesa "problemas tan enraizados y silenciados en la sociedad que aún hoy no se han solucionado, como la violencia de género". Así, en espacios femeninos o en grandes protestas masivas, se defendía el derecho al aborto o la información sobre el uso de anticonceptivos, se criticaba la prostitución, la pornografía o cualquier forma de explotación sexual de las mujeres, se cuestionaban teorías intocables hasta la fecha, como las de Sigmud Freud o el sindicalismo, o se apoyaba a las mujeres para descubrir el placer sexual o aprender defensa personal. Fue un movimiento clave para la autoestima femenina, el empoderamiento de las mujeres y la diversidad sexual. Se abrieron guarderías, se abordó de manera nueva la ginecología y nacieron grupos de concienciación feminista, que siguen funcionando para catalizar el papel de la mujer en la sociedad, no sólo occidental sino en toda Latinoamérica o los Países Árabes. El feminismo radical hace hincapié en las relaciones de opresión entre los sexos. El marco teórico del feminismo radical fue inspirado por dos obras fundamentales publicadas en 1970: Política Sexual, de Kate Millet y La dialéctica de la sexualidad, de Sulamith Firestone, obras que acuñaron conceptos fundamentales para el análisis feminista posterior, como patriarcado, género y casta sexual. "Armadas de las herramientas teóricas del marxismo, el psicoanálisis y el anticolonialismo, estas obras acuñaron conceptos fundamentales para el análisis feminista como el de patriarcado, género y casta sexual. El patriarcado se define como un sistema de dominación sexual que se concibe, además, como el sistema básico de dominación sobre el que se levanta el resto de las dominaciones, como la de clase y raza. El género expresa la construcción social de la feminidad y la casta sexual alude a la común experiencia de opresión vivida por todas las mujeres" señala la filósofa y teórica feminista Ana de Miguel. Ambas autoras además de su producción teórica también tuvieron una activa participación en los diversos movimientos de mujeres, algo muy frecuente entre las feministas radicales. En ese sentido Kathleen Barry escribe que "la teoría feminista radical es el producto de una comunidad de feministas y surge de la interacción de teoría y praxis (...) Si bien hay diferencias entre nuestras diversas perspectivas teóricas, hay una cosa en la que todas estamos de acuerdo: el poder colectivo e individual del patriarcado (...) es el fundamento de la subordinación de las mujeres". Muchas mujeres que formaban parte de los movimientos de emancipación que surgieron en esos años se sintieron decepcionas por el papel al que estaban relegadas y decidieron organizarse. Así, la primera decisión política del feminismo radical fue la separación de los varones y la constitución del Movimiento de Liberación de la Mujer. Se diferencia del feminismo llamado liberal-reformista en que éste pide la integración al mundo del trabajo remunerado dentro del sistema capitalista. Al mismo tiempo, el feminismo radical se convierte en un movimiento separado de la izquierda porque no ve en ella un reconocimiento absoluto a sus reivindicaciones y dónde sigue existiendo un poder masculino. Los movimientos de izquierda entendieron que los "problemas de la mujer" se solucionarían automáticamente con el fin del sistema capitalista. El concepto "poder" se concibe dentro del movimiento feminista radical como existente no sólo en relaciones macro (como las que se tienen con el Estado y con la clase dominante) sino que también en las relaciones de pareja. El concepto patriarcado será concebido en términos de cómo se estructuran las relaciones de poder. Por otro lado, el concepto de "género" que distingue entre los aspectos socio-culturales construidos de los biológicos (sexo). El feminismo radical considera la sexualidad como construcción política, se construye toda una crítica entorno a la sexualidad dando paso al feminismo lesbiano. Algunas autoras como Monique Wittig afirmará que las lesbianas no son mujeres porque el concepto "mujer" es una categoría existente en razón al hombre, por tanto, son construcciones políticas. Mujer y hombre son dos clases antagónicas y la normatividad de la heterosexualidad es una norma que se sostiene para dividir en clases sexuales. Las lesbianas no son mujeres porque rompen esa norma y su condición abre vía para la liberación del resto de las mujeres. Así mismo, las feministas radicales trabajaron el tema de las violencias. Por ejemplo, se estudió la violación como parte de la política patriarcal, como control sobre las mujeres. Millet en su obra "Sexual Politics" realiza un estudio sobre las vinculaciones entre la diferencia sexual y las relaciones de poder. Para Millet el sexo tiene un cariz político que generalmente pasa desapercibido". Millet emplea el término política para referirse a las relaciones que se establecen desde el poder con la finalidad de que el grupo dirigente mantenga el control sobre quienes domina. De ahí deriva la legitimidad para hablar de "política sexual". Según Millet, el carácter patriarcal de la sociedad hace que las costumbres sexuales envuelvan relaciones de dominio y, por tanto, estén impregnadas de política. Millet define el sexo es una categoría social marcada por la dominación con una construcción cultural tan marcada como que las personas actúan en función de ese sexo y de esa política sexual. El género expresa la construcción social de la feminidad y la casta sexual alude a la común experiencia de opresión vivida por todas las mujeres. Las radicales identificaron como centros de la dominación patriarcal esferas de la vida que hasta entonces se consideraban "privadas". A ellas corresponde el mérito de haber revolucionado la teoría política al analizar las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad; lo sintetizaron en un slogan: lo personal es político. Lo que ocurra en el orden de lo privado, en este caso, circunscrito a la familia, tiene consecuencias en el orden de lo social. Para Millet en el ámbito privado- que tradicionalmente se consideraba ajeno a la política- se desarrollan las relaciones de poder que están en la base del resto de las estructuras de dominación. Según Millet parte de la estructura de la familia patriarcal comprende el control de la vida sexual de la infancia y más allá, el control total de la infancia la cual tienen prácticamente derechos garantizados por la ley en nuestra sociedad y además, no tienen dinero, lo cual, en una economía de dinero, es una de las principales fuentes de su opresión. Millet afirma además que el problema es que existe una situación de explotación entre las personas adultas y la infancia de la misma forma que existe entre los hombres y las mujeres, las relaciones intergeneracionales tienen lugar en una situación de desigualdad. Para Kate Millet el patriarcado es un sistema de dominación sexual. Es considerado como el sistema básico de dominación sobre el que se levanta otro tipo de dominaciones, como son la de clase y raza. Afirma que el patriarcado es el fundamento de la dominación de las mujeres por los hombres. Asimismo, afirma que no solamente es de nuestra sociedad, sino de todas las civilizaciones que se han sucedido a lo largo de la historia. El patriarcado tiene una enorme capacidad para adaptarse a cualquier sistema económico, político y cultural. El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto. El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto. Es decir, lo que define al final al patriarcado es la separación y diferenciación de jerarquías. Hay una tendencia general hacia todo tipo de autoritarismo: el patriarcado, claro, el militarismo. Y es que según Millet el patriarcado se asienta sobre la ideología pero también sobre el sexo. Además Millet demuestra cómo la identidad (temperamento y rol) femenina o masculina no están determinadas biológicamente, sino que son una construcción cultural que se aprende. Aquí la ideología que sostiene el "status" superior del hombre sobre la mujer, se basa en la construcción de un "temperamento" distinto para cada sexo, modelado de acuerdo a diversos estereotipos (masculinos y femeninos), y sobre un "papel sexual" o código de conducta que la sociedad asigna a cada uno. Es decir, el temperamento, el papel social y la posición se asientan sobre una base esencialmente cultural y no biológica. Millet afirma categóricamente que tanto la endocrinología y la genética no han conseguido hasta la fecha descubrir una disparidad mental o emocional entre ambos sexos. No sólo se carece de pruebas suficientes sobre del origen físico de las distinciones sociales que establece actualmente el patriarcado (posición, papel y temperamento), sino que resulta casi imposible valorar las desigualdades existentes por hallarse saturadas de factores culturales. Para Millet el descubrimiento que alteró las sociedades arcaicas fue la paternidad, ya que una vez realizado el descubrimiento invalidó toda participación femenina en la creación de vida, estableciendo a la mujer cómo mera maceta portadora de vida. Otra de las feministas radicales fue Germaine Greer. Para esta autora los roles sexuales son también creaciones sociales. Ataca las teorías de Freud que hablan de biologicismo y mujer. Freud considera, por ejemplo que el masoquismo femenino tiene un fundamento biológico. Para Greer la maternidad no era el fin de la mujer y que ésta ha de salir al ámbito público. También denunció la represión sexual femenina que algunas feministas liberales consideraban terreno peligroso para las mujeres. Greer sostiene la necesidad de hacer de la sexualidad como práctica revolucionaria. Posteriormente, en su obra Sexo y Destino, se centrará en el tema del control natal. Además analiza la condición de mujeres e infancia en el denominado "Tercer Mundo". Habla de la infancia explotada, el infanticidio y la mortalidad que afecta de forma preferente a las niñas porque es otra forma de control de natalidad (discriminación en alimentación y salud-cuidados). Greer acusa al feminismo clásico de no entender la diversidad cultural y practicar un internacionalismo poco útil. Las políticas de control de natalidad son hiperpatriarcales: las mujeres del llamado Tercer Mundo desean tener hijos/as ya que ello las hace valiosas dentro de su cultural y Occidente decide que no tengan. Geer acusa a Occidente de cometer un genocidio. Acabará viendo a la mujer liberada sexualmente como aquella que asume la maternidad, rechazando el imperativo social occidental de reemplazar hijas por orgasmos. Como conclusión, Alicia H. Pueyo recuerda que después de la aparición del feminismo radical se tomaron diferentes rumbos por parte de las militantes de este movimiento: unas se acercarán al feminismo liberal que proponía reformas concretas mientras que otras se encaminaron al ecofeminismo. Así mismo se comenzaron a tejer redes de lucha contra la violencia sexual, etc. Se comenzaron a introducir las ideas del feminismo socialista libre de influencia marxista, el cual defiende la capacidad de adaptación del patriarcado a los diferentes sistemas de organización social existentes (tesis de Heidi Hartmann). Es decir, y explicándolo con un ejemplo práctico, para Hartmann el hecho de que las mujeres estén dentro del trabajo remunerado en los escalafones inferiores no es un hecho que venga dado por el capitalismo, sino que con otro sistema opresor que es el patriarcado. El patriarcado ya existía con anterioridad al capitalismo pero que el capitalismo ha sabido rentabilizar para sus intereses.




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