Abolicionismo
DIFERENCIAS ENTRE ABOLICIÓN Y PROHIBICIÓN
En el prohibicionismo la persecución se da hacia las prostitutas; es una postura adoptada por gentes de derechas, conservadoras, moralistas, etc. A esta gente es a la que tenéis que llamar puritana. Como su nombre indica, se PROHÍBE y se ataca a las prostitutas. En el regulacionismo lo que se quiere es regular las condiciones en las que se lleva a cabo la prostitución para que las que ejercen tengan derechos que aseguren que podrán ejercer bajo su "libertad". Este mito de la libertad, es eso, un mito nada más. Se vende la sexualidad en función de lo consumible que es para el hombre, no es empoderamiento porque no es la propia de la mujer. Afirmar que es un servicio es afirmar que el sexo es un derecho cuando no lo es, cosa que sostiene el patriarcado y razón por la que la demanda es tan alta. Por otra parte, la instauración de un sistema regulacionista nos afectaría a todas las mujeres inscritas en el INEM, porque pasaría a considerarse un trabajo como otro cualquiera, y de rechazarlo, os dejo lo que ocurriría.
Nos afectaría de muchas más formas, pero este matiz no lo he visto explicado en ningún sitio y me parece importante. Por último, en el abolicionismo lo que se busca es acabar con la prostitución poniendo el foco en el putero y chulo/proxeneta. En ningún momento supone atacar a la prostituta. Se busca cambiar las condiciones materiales para que no se tenga que recurrir a la prostitución como única salida; para ello se hace un análisis de la realidad y se crearían planes para evitarlo. A las prostitutas se les concedería ciertos derechos y se las ampararia facilitándoles pedagogía y herramientas. Y no, no sólo se trata con las prostitutas; como he dicho antes, el foco está en la persecución del proxeneta y el putero, también se interviene para prevenir futuros consumidores y proxenetas. El abolicionismo ni es simple ni es sencillo.
La abolición de la prostitución requiere de condiciones materiales, ideologicas y culturales que desarmen el patriarcado capitalista. Va más allá de aplicar políticas públicas. El Modelo Nórdico no es un modelo abolicionista sino un protocolo de actuación a corto plazo. El nº de mujeres de Nigeria, Rumanía o Brasil en prostibulos de Galicia responde a una demanda universal, a una práctica de consumo sexual. Sin la demanda no existiría una imponente industria del sexo que condiciona politicas nacionales ya sea desde la economía ilegal o legal.
Se vende la sexualidad en función a lo consumible que es para el hombre, no es empoderamiento porque no es la propia de la mujer. Afirmar que es un servicio es afirmar que el sexo es un derecho (no lo es) cosa que sostiene el patriarcado y razón por la que la demanda es tan alta.
En el abolicionismo lo que se busca es acabar con la prostitución poniendo el foco en el putero y chulo/proxeneta. En ningún momento supone atacar a la prostituta. Se busca cambiar las condiciones materiales para que no se tenga que recurrir a la prostitución como única salida; para ello se hace un análisis de la realidad y se crearían planes para evitarlo. El abolicionismo ni es simple ni es sencillo. La abolición de la prostitución requiere de condiciones materiales, ideologicas y culturales que desarmen el patriarcado capitalista. Va más allá de aplicar políticas públicas. El Modelo Nórdico no es un modelo abolicionista sino un protocolo de actuación a corto plazo. El nº de mujeres de Nigeria, Rumanía o Brasil en prostibulos de Galicia responde a una demanda universal, a una práctica de consumo sexual. Sin la demanda no existiría una imponente industria del sexo que condiciona politicas nacionales ya sea desde la economía ilegal o legal. Centrar el debate en la demanda de prostitución es el punto de vista feminista: los privilegios masculinos y sus prácticas de desigualdad. En la Edad Media este debate giraba entorno a nosotras, estabamos ahí porque "provocavamos la naturaleza débil de los hombres". Seguimos en la plaza pública porque la prostitución es una de las expresiones de las relaciones de género que manifiesta el poder masculino. El consumo sexual de mujeres forma parte del mismo macrorelato que justifica la violencia en las relaciones de pareja o el matrimonio. Nuestro consentimiento no es relevante, las relaciones prostitucionales manifestan la naturaleza que establece: de sujeto a objeto. Y para que una persona cosifique tiene que gozar de la legitimación de un sistema cultural y material que atribuya su predominio sobre otra. Los hombres que van a prostituir tienen necesariamente una representación de nuesta desigualdad que se extiende a todas nosotras. El modelo normativo legal sobre la prostitución debe deslegitimar y desautorizar las prácticas masculinas del consumo sexual de mujeres. La reglamentación significa necesariamente la legalización de la industria del sexo, luego el modelo normativo legal debe desmantelarlo:
1) Combatir la violencia en prostitución empieza por prohibir el lucro de terceros de la explotación sexual.
2) Los demandantes de prostitución tienen responsabilidad política y social por realizar practicas de desigualdad y por ende, violencia.
3) No actuar sobre las mujeres prostituidas y asegurar el reconocimiento como sujetos activos de derechos.
Las abolicionistas señalan que, incluso aunque en el mejor de los casos pudiera existir una minoría de mujeres de posición más acomodada que realmente hubiera elegido libremente y sin coacciones ejercer la prostitución, la cuestión es que mientras exista demanda de prostitución, es decir, mientras exista un modelo que normalice la compra de sexo, mientras se enseñe a los hombres a creer que tienen derecho a comprar el acceso al cuerpo de las mujeres, existirá también trata y esclavitud para suplir esa demanda. No podemos analizarlo en clave individual, como si cada caso fuera una cuestión aislada, porque estamos hablando de una industria y de un sistema. Porque cuando crece la demanda de prostitución crece el tráfico de personas para fines de explotación sexual.
Propuestas abolicionistas:
1. Descriminalización de las mujeres prostituidas. La ley impide expresamente que puedan ser objeto de ningún tipo de sanción por ejercer la prostitución. 2. Ayudas integrales para las mujeres que quieran dejar la prostitución. Renta mínima de inserción. Asesoramiento legal y laboral. Formación. Ayuda profesional para tratar las secuelas médicas y psicológicas que la prostitución inflige a la salud de las mujeres. 3. Criminalización total del proxenetismo y del lucro con la prostitución ajena en todas sus formas. Prohibición de los burdeles y de la prostitución organizada. 4. Formación específica sobre rostitución desde una perspectiva de género y abolicionista a profesionales implicados, desde abogadas, policías, jueces y fiscales hasta terapeutas o funcionarios que tengan que interactuar con las mujeres que estén dentro o que salgan prostitución. 5. Programas de sensibilización en medios de comunicación y de educación en centros escolares y de formación sobre la realidad de la prostitución y sus consecuencias en toda la sociedad para prevenir la existencia de futuros consumidores de prostitución. 6. Criminalización de los puteros. La compra de sexo se multa de forma generalizada y se encarcela a reincidentes y quienes soliciten sexo con menores. 6bis. Esta se ha demostrado la medida más eficaz para reducir la demanda de prostitución ya que la mayoría de los hombres que pagan por sexo dejan de hacerlo si eso conlleva figurar en un registro oficial, recibir notificaciones de multa e ir a la cárcel.
Le dicen "trabajo sexual" porque explotación, violación, abuso y mercantilización de los cuerpos suena demasiado fuerte para poder negociar de forma rentable.
Les dicen "trabajadoras sexuales" porque prostituidas por el sistema que se aprovecha de las condiciones de clase y que las obliga a ser violentadas para poder comer, no disfraza la mentira.
Le dicen "libre elección" porque condicionamiento sistemático y coacción mediante el aprovechamiento de la situación económica, social y cultural de la mayoría de las personas prostituidas no llena los bolsillos de los proxenetas y sindicalistas.
Le dicen "empoderamiento femenino" y "libertad sexual" porque violación remunerada y venta del consentimiento para que el hombre haga lo que desee del cuerpo de las mujeres no invisibiliza la misoginia que atraviesa la verdad fálica que buscan esconder.
Les dicen "clientes" porque puteros violadores no los absuelve socialmente.
Y no pueden decir que necesitan legitimar la violencia contra las mujeres ya que sus propias representantes de AMMAR están judicializadas como partícipes necesarias del crimen organizado de la trata.
Te dicen "abolicionista moralista, amiga de la yuta" porque necesitan esconder mintiendo y tergiversando un análisis social anti-patriarcal que NADA tiene que ver con la moral para no decir que las únicas que están del lado de la policía y los proxenetas son ellas.
Te dicen que necesitan "regular la prostitución para acabar con la clandestinidad" porque decirte que lo único q hacen es tapar con plena hipocresía las miserias humanas no encubre que la legalización es funcional al aumento de la trata de personas.
Te dicen que las prostitutas necesitan "ser reconocidas como personas q ejercen un trabajo cualquiera" porque no pueden decirte que son violadas y que lo q realmente las protegeria es abolir por completo cualquier mecanismo de subordinación patriarcal (como lo es la prostitución).
Te dicen que "también existen varones que son trabajadores sexuales" porque no pueden decirte que la mayoría de las personas sometidas a ser prostituidas son mujeres, niños, y personas trans.
Y que a su vez, los clientes son en mayoría varones porq así no tapan el machismo.
Te dicen q necesitamos leyes y no transformaciones radicales porque son funcionales al capitalismo y al patriarcado.Tratan de hacerte creer que el abolicionismo es una utopía porq así sostienen la vigencia del sistema.
Ocultan que el abolicionismo es una postura que analiza no sólo en función a lo "ideal", sino q además incluye políticas para comenzar a trabajar la realidad de las víctimas en el aquí y ahora porq se les caería la careta de de q lado están. Te piden que escuches a María riot, o a Orellano pero no bajan a los barrios, ni a las villas. Y las putas de clase baja tampoco salen en cámara.
Escuchamos a las pocas q tienen cierta comodidad y callamos a las muchísimas que no tienen opción. Te hablan de diversidad en la pornografía, cuando aparecen figuras de la comunidad Trans o cuerpos no hegemónicos, pero no te muestran sus condiciones de clase, ni mucho menos que las escenas están recreadas para el consumo masculino porque la posmodeada no les cierra. ¿Qué buscamos? ¿qué la igualdad sea que todos seamos objetivizados, cosificados y explotados? ¿o qué ninguna persona lo sufra más? ¿Somos tan ingenuos de creer q todo esto es una casualidad? ¿Somos anti patriarcales si en vez de problematizar la realidad la simplificamos? No es casualidad. Vivimos en un sistema capitalista que busca negociar y para ello, legitimar.
Vivimos en un patriarcado q necesita doblegar mujeres y perpetuar el machismo
Y para ello, legalizar la explotación sexual de personas, en su mayoría mujeres y para consumo masculino.
Si las instituciones empiezan a mostrarse implacables contra la trata, si cierran los macroburdeles donde el lucro es para los proxenetas, si todas las mujeres que ejercen por necesidad y falta de alternativas van saliendo del "mercado" mediante programas de ayuda… ¿Qué pasaría? Los que dicen que la prostitución es un trabajo "como otro cualquiera" resulta que no saben que, al reducir la competencia (es decir: disminuir la oferta), el precio aumenta porque no es posible satisfacer toda la demanda. Economía básica. Y no sólo subiría el precio que podrían cobrar por sus "servicios" ejercidos tan "libre" y "entusiastamente". Si la oferta se redujese drásticamente, la relación de poder con el putero se invertiría por completo: pasarían a ser ellas quienes impogan sus condiciones y sino 'chau'. Parece lógico que eso ayudaría a su "empoderamiento". Justo al contrario que sucedería en un mercado regularizado, donde la oferta (competencia) aumentaría y por consecuencia el precio baja y el putero "siempre tiene la razón", porque sino "da una patada y salen cien más como tú". Eso por no hablar de que se crearían dispositivos sanitarios para que reciban una atención acordé a sus necesidades específicas por parte de profesionales con formación de género para NO juzgar a lo que se dedican. Eso por no hablar de que se acabarían las identificaciones y detenciones policiales, las multas, etc porque un sistema abolicionista es siempre partidario de DESPENALIZAR completamente la oferta y de proteger legalmente a las mujeres que ejercen, al entenderlas como víctimas. En contra de lo que afirma uno de los mantras regulacionista por excelencia, el abolicionismo es económicamente más beneficioso para la mujer que ejerce:
Bajo un sistema regulado estarían OBLIGADAS a DECLARAR TODOS sus ingresos, so pena de incurrir en el DELITO FISCAL. Mientras que, bajo las directrices de un sistema abolicionista, tendrían la LIBERTAD para elegir si quieren la "pasta en mano" o bien declarar sus ingresos bajo cualquier epígrafe ambiguo con el IAE o autónomos. También dicen que las sanciones a los puteros ahuyentarían a los clientes de los que dependen. Supongo que igual que la Ley Seca erradicó el consumo de alcohol. Es FALSO, la diferencia consiste en que de este modo, la clandestinidad recaería en ellos, en vez en ellas. La mayor necesidad de discreción por parte del putero frente a la libertad de la prostituta (puesto que ya no estaría haciendo nada malo, ilegal ni inmoral ya que, recordemos, es vista como víctima) la sitúa a ella en una mejor posición de negociación con el hombre. Podría imponer las garantías para su seguridad que le diese la gana y él tendría que pasar por el aro.
Por no hablar de q le convendría tratarla con respeto, xq ella tendría el poder para joderle muy fácilmente al ser él y no ella quien debe esconderse por lo q está pasando allí.
Abolir es regular. Porque implica despenalizar totalmente la oferta, (de una forma más amplia incluso que en el regulacionismo) y penalizar la demanda. Si se aboliese la prostitución, las que ejerciesen NO estarían aún más en la clandestinidad porque no estarían haciendo nada malo. La necesidad de discreción recae en el "cliente". Terreno abonado para mafias es la regulación/normalización. Y esto haría que el putero no estaría mas en una posición de poder mas alto o de igual a la prostituida, ya que eso hace /genera que se crea con impunidad al ejercer violencia contra la mujer prostituida.
La regulación hace que aumente la trata: https://t.co/FdSPmpGixx
El consentimiento, un concepto tramposo: https://t.co/NAIFVNYEX0
"¿Puede alguien determinar con precisión las circunstancias precisas en las que un hombre que paga a una mujer por sexo no está abusando de su poder?": https://t.co/cv8gnGOAbb
El consentimiento no se compra: https://t.co/8VlNO0AsDL
Por qué comprar sexo es un acto de violencia: https://t.co/zfX5qWt4TC
La prostitucion es ese lugar en el neoliberalismo en el que la violencia sexual queda justificada por el intercambio de dinero. Es ahí donde la mayoría de los hombres tienen acceso a ejercer esa violencia sexual: https://t.co/3YqQR4C6UW
Hablar de consentimiento en la prostitución es una trampa patriarcal porque se confunde con la resignación que asumen muchas mujeres para poder sobrevivir: https://t.co/o4H4qisImp
Elegir la prostitución es tan libre como elegir el lugar donde deseas sufrir tu próxima e inevitable violación: https://t.co/CAeEBtDI80
Mientras exista demanda existirá explotación y trata porque no hay ni de lejos suficientes mujeres que elijan hacerlo por voluntad propia como para suplirla. Todo modelo que normaliza/incentiva esa demanda hace que aumente y con ello aumenta la trata: https://t.co/cHIBqhYqEp
Lo que ha ocurrido en los países que han legalizado la prostitución es que ha subido la demanda, con ello ha aumentado el tráfico, han bajado los precios y los proxenetas se han convertido en empresarios: (link: https://t.co/oA2D09IDMg)-(link: https://t.co/Gnrt23mXed)
¿Prejuicios, puritanismo? No se trata de lo uno ni lo otro, la mercantilización del cuerpo de la mujer solo favorece la desigualdad por sexo y clase social: https://t.co/j9ViC2qSuU
90% de las mujeres prostituidas quieren salir de la prostitución: https://t.co/kVUExHSD4b
Salir de la prostitución: https://t.co/jGRRYWc0nh
"El trabajo sexual es trabajo": el nuevo modelo neozelandés de misoginia: https://t.co/tacOJeEVy1
El discurso del “trabajo sexual” es el triunfo del patriarcado: https://t.co/Del6G40Zfw
Verdades muy incómodas: prostituyentes, coacción sexual y la negación del daño en prostitución: https://t.co/Xwt5fglrBC
Psicoterapeuta abolicionista nos habla del trauma y la disociación en las prostitutas: https://t.co/7YvqrGUXB4
Sobre la prostitución: https://t.co/gzkkVzPE4u
Cómo se convirtió la prostitución en la profesión más moderna del mundo: https://t.co/HYO8oblm1z
La prostitución en el corazón de la barbarie capitalista: https://t.co/9QCGgCWwyi
«El 95% de las prostitutas son víctimas de la trata de blancas»: https://t.co/bOBq5E7OJl
Prostitutas, inmigrantes y forzadas: https://t.co/aSbfJKG8pU
El 80% de las mujeres que ejercen la prostitución en España lo hacen contra su voluntad: https://t.co/YdzFtL1djZ
"Ninguna mujer nace para puta": https://t.co/x6cUePU64f
Abolicionismo, beneficios a las putas: https://twitter.com/violindesafina/status/1052896144987222016?s=19
Diferenciar trata de prostitución o crear falsos sindicatos son estrategias ideadas para tratar de regular la explotación sexual de la mujer. Aquí explicado: https://t.co/S3ycVlsqLO
Mas info, minuto 9:00 https://t.co/93WWCyGU57
Para entender lo que quiero decir con abolicionismo:
LIBRO "Ninguna mujer nace para puta" por Sonia Sanchez, ex mujer en situación de prostitución: https://t.co/Lq7MNDEYfJ
"La prostitución y cómo combatirla": https://t.co/ElCiYak4me
Testimonio de Alika Kinan: https://youtu.be/Xx3WXqPv8Vs
"Las protagonistas hablan" tiene relatos de abolicionistas y regulacionistas": https://t.co/me7tXJjyxU
Entrevista a Lohana Berkins: (https://t.co/mKKGHjr2go)
Existe un debate en torno a la prostitución en relación a si se trata o no de un trabajo. ¿Cómo lo analiza?
No diría que existe un debate sino dos posiciones muy claras: una es la nuestra, la del abolicionismo, que entiende que la prostitución crea violencia contra las mujeres y travestis y debe ser abolida. Por su parte, la otra posición es la del grupo que la entiende como un trabajo, que en la actualidad pasa a promover una posición que busca reglamentar las normas por las cuales se ejerce la prostitución, considerándola un trabajo. Entonces, desde el abolicionismo no consideramos que sea un trabajo, creemos que la prostitución y la trata de personas afectan la dignidad humana y los derechos de las personas. Por eso abogamos por el fin del sistema prostituyente. Además, cabe destacar que en el abolicionismo no solo nos encontramos quienes hemos estado estado involucradas sino gran parte del activismo de mujeres feministas intelectuales.
¿Cuáles son los ejes principales que promueve la postura abolicionista?
Adherimos al abolicionismo en general pero también consideramos que habría que hacerle algunas reformas en cuanto a que ahí la única sujeta en disputa es la mujer. Entonces, habría que cambiar ese concepto y ver que las travestis también somos explotadas, no aceptamos la prostitución como un trabajo. Somos condenadas a la prostitución como única forma de supervivencia. En este contexto, el ejes principal que promueve el abolicionismo tiene que ver con que el Estado genere políticas claras para la erradicación de la prostitución. Por otra parte, también señalamos la importancia de no criminalizar bajo ningún punto de vista a las personas en situación de prostitución. En definitiva, exigimos que el Estado intervenga para terminar con aquellas condiciones estructurales que históricamente han permitido que exista la prostitución, genere políticas públicas que nos incluyan y quite cualquier cebo de autoritarismo y control hacia las compañeras en situación de prostitución.
Detrás de la prostitución se encuentran los fenómenos de trata de personas y explotación sexual. ¿Cómo se da esta relación? ¿Se conoce la magnitud de estas problemáticas?
Esta es otra contradicción del planteo de la prostitución como un trabajo, el querer separar a la prostitución de la trata. El fin de la trata es la prostitución. ¿Por qué tratan a una mujer si no es para alimentar ese negocio? Entonces, ahí es donde nosotras operamos fuertemente y también buscamos ampliar esta problemática. Aquí, nuevamente, cuando se habla de trata para explotación sexual se da cuenta de una construcción de la víctima mujer. Por eso creemos que hay que ampliar los márgenes. Nosotras, las travestis, mayoritariamente, 98 de cada 100, estamos en situación de prostitución y es un dato alarmante. Por supuesto que no todas las mujeres pobres terminan prostituyéndose. Hay una estructura y arquitectura más fuerte que sostiene la prostitución y la trata, por eso no se trata solo de una cuestión de pobreza. En el caso de las travestis, si bien no somos "tratadas" de la misma manera, sí somos explotadas. Por eso hay un campo común entre ellas y nosotras y por eso la necesidad de discutir y ampliar ese concepto de trata incluyendo a otras víctimas.
Recientemente en Tucumán y Córdoba se aprobaron leyes que prohíben los prostíbulos. ¿Qué de estas iniciativas?
Yo nunca adherí a ninguna postura punitiva porque sino el Estado aparece actuando solo de esa manera. Si esas medidas no van acompañadas de una fuerte política pública, en general terminan revictimizando a las víctima -mujeres y travestis. Entonces, si no se generan otras instancias, como programas de ayuda social, capacitación, acceso a los derechos, etc., esas cuestiones terminan teniendo solo un efecto mediático. Si no profundizas la trama, siempre surge el mismo efecto. Además, estas cuestiones ya estaban contempladas en los códigos contravencionales, lo que se castiga es la explotación de terceros. Entonces, no es que se incluyen figuras nuevas dentro de esta lucha, son, más bien, efectos mediáticos que están bien pero tienen que ser profundizados a través de políticas públicas.
¿Cómo cree que debería actuar la justicia con los consumidores?
No soy partidaria de ninguna cuestión, creo que el acento hay que ponerlo en toda la sociedad. No analizamos la prostitución solo como un fenómeno de pobreza o tal como los medios logran establecer como iconicidad -la chica mal vestida, mal teñida, la travesti parada toda desnuda con 3 grados bajo cero. Se pone el acento sobre estas cuestiones y nada se dice, por ejemplo, del cabaret público que es el programa de Tinelli, donde miles de jovencitas usan y aspiran a llegar como una vidriera para después tener un estándar de vida mucho mejor. De hecho el proxenetismo quedó claro cuando Moria Casan señaló que le cobraba a Andrea Rincón por haberla presentado. ¿En calidad de qué le cobraba, era su representanta, era la que le enseñaba? Sin embargo, no pasó nada. Por eso me parece que hay que comenzar a ampliar el tema y dar cuenta de que no solo se trata de un problema de las prostitutas y las travestis, es un problema de toda la sociedad. Toda la sociedad se tiene que ver involucrada. La justicia, por ejemplo, que siempre nos da cárcel, debería establecer un fallo ejemplificador como podría ser exigirle al Estado de Córdoba que genere un microenprendimiento para las compañeras en situación de prostitución. Es decir, salir de la cuestión punitiva y abordar el tema de forma integral. Si no trabajamos sobre el machismo, si las mujeres siguen al servicio de los varones, si la construcción de lo femenino es siempre para ser las mancebas de los señores, si no generás un debate más amplio, si, en definitiva, no se aborda la cuestión de manera integral, va a ser difícil terminar con la prostitución. Mientras la mujer no acceda a la economía real, a la autonomía plena, nada va a cambiar. Por eso hay muchas metas para ponernos.
¿Considera que ha habido avances al respecto en los últimos años? ¿Cómo dar la necesaria batalla cultural?
El gran día "T" fue el 9 de mayo cuando se aprobó la Ley de Identidad de Género. Este fue el máximo logro alcanzado. Ahora bien, reconociendo esto, no se ha avanzado sobre la estructuralidad de la pobreza en la que vivimos. Incluso no hemos ingresado en el mismo Estado, no hay una travesti que sea directora de un área; sin embargo muchos activistas gays o lesbianas sí han ocupado lugares de poder. Entonces, hay que profundizar la política para que podamos capacitarnos y accedamos a empleos dignos, con buenas condiciones de trabajo. Hemos logrado el acceso a la salud, educación y vivienda pero ahora hay que garantizar la permanencia dentro de ese sistema. Si no se resuelven esas cuestiones estructurales, de esa trama perversa en la que nosotras hemos vivido, poco es lo que vamos a poder avanzar. Hay que empezar a desmantelar esa estructura, incluso en las mismas escuelas. Las leyes de Salud Sexual y Reproductiva y de Educación Sexual, por ejemplo, no han profundizado el tema con las travestis. Ni siquiera fuimos invitadas a participar en los debates -como ocurre en otros temas. Por eso tenemos que trabajar para que podamos aparecer de manera plena, con nuestras propias voces. Todavía se nos ve como sujetos tuteladas en donde otros y otras suponen que van a hablar por nosotras. Y nosotras podríamos aportar muchísimo.
Es Presidenta de la Cooperativa Nadia Echazú, ¿podría contar el trabajo que llevan adelante?
Es una cooperativa textil que justamente surgió para dar una respuesta, para generar una dialéctica con el mundo del trabajo que no sea la prostitución. El empleo es fundamental, a partir del trabajo las personas se plantean su vida, se organizan o se buscan instrumentos para mejorar la calidad de vida. Por eso fue generada la cooperativa y nos encargamos de capacitar compañeras para el mundo laboral. Es el proyecto más exitoso que logramos sostener y ya han pasado más de 100 compañeras. Muchas luego formaron sus propios micro emprendimientos o se incorporaron a otro trabajo. Entonces, la socialización, el acercamiento al mundo laboral, el desafió en términos personales de descubrir sus propias capacidades y potenciales, de empezar a construir un autoestima, dan cuenta de un trabajo altamente exitoso. En definitiva, usamos el trabajo, la identidad y la ciudadanía como disparadores para ampliar los sentidos.
Hilo con más entrevistas e intervenciones de Lohana Berkins: https://t.co/IbWPkze1BU
Entrevista a Diana Sacayán:
– Muchas gracias Diana por tu tiempo, por estar en Chile en este cálido verano del 2012 y acompañarnos en nuestras luchas que son también tus luchas. Háblanos un pocode ti. ¿Quién es Diana Sacayán?
– Yo nací en la Provincia de Tucumán. Al poco tiempo, a los meses, mi madre, en búsqueda de un futuro mejor se fue a vivir a Buenos Aires. Ya en la capital nos fuimos a vivir a un lugar que es parte del primer cordón del conurbano bonaerense, La Matanza, en Laferrere. Ahí comenzamos a hacer nuestras vidas, mi madre fue una mujer muy trabajadora con un padre alcohólico que no cumplió nunca su rol. Nosotros somos 15 hermanos, nuestros primeros años de la niñez y la infancia la pasamos rodeados de cosas que entre hermanos se comparten felices pero de una vida muy dura, atravesada por la pobreza extrema y con una sola figura del sostén que era la de mi mamá que llegaba trabajar 16 horas por día. Ese es el contexto en el que yo me crié. Ya terminados mis estudios primarios básicos en Buenos Aires abandoné, intenté volver al colegio, volví a abandonar, todo esto relacionado con el proceso de construcción de identidad y de expresión sobre todo.
– ¿En qué se expresaban esos rasgos de construcción de expresión e identidad de género?
– En usos de elementos que construyan una imagen acorde a mi identidad, me maquillaba, me producía, tampoco grandes producciones, viste como soy yo de sencilla.
– ¿Ya eras una niña?
– Una niña transexual, una niña travesti de 13 años. Esto constituyó un gran desafío para mi familia, para mi madre, para mi entorno. Me fui de mi casa a vivir como yo quería vivir, entonces, desde niña conocí lo que era el trabajo, lamentablemente cuando tenía más sentada mi identidad y mi expresión de identidad tuve que inmediatamente comenzar a ejercer la prostitución como modo de subsistencia porque era lo recomendado por otras compañeras travestis, porque era lo más usual.
– Lo que estaba a la mano...
– Sí, he vivido en prostitución varios años, me preocupaba el grado de exclusión y marginalidad en el que vivían mis compañeras. Pero antes de ver eso, de poder visualizar esa realidad, lo que me pasó es que comencé a sufrir persecución de parte de las fuerzas policiales en Argentina como la que sufren todas las compañeras que están en situación de prostitución. Eso es lo que nos animó a denunciar esa persecución y las mafias policiales con los prostíbulos, las mafias de los prostíbulos, esta mafia entre jueces, policías y prostíbulos, dueñas de prostíbulos.
"La prostitución es la forma de explotación social que daña la autoestima"
– ¿La prostitución en las calles era una competencia para esas mafias?
– Totalmente, por eso lo que había que hacer con nosotras era asustarnos, eliminarnos, quitarnos, esto provocaba las detenciones, la violencia, muchas veces mandados por otras personas que no eran de las fuerzas o eran policías vestidos de civil, hasta con tiros. Esto nos obligó a actuar y esos fueron los primeros intentos de organización, allá en La Matanza, hablo del año 2000. Fueron unas denuncias muy por arriba, ahí fue como nuestro primer intento de organizarnos para ver cómo solucionábamos esto de la persecución policial, por el tema anti-represivo, luego yo me comencé a vincular con movimientos sociales, tuve un acercamiento al PC, ahí empecé a militar en el brazo social del Partido Comunista de Argentina que es el Movimiento Territorial de Liberación el MTL, uno de los movimientos más radicales del país que hacía toma de tierras, toma de edificios. Trabajando en esta organización mi primera experiencia fue colaborar en un comedor para niños. Yo estaba en la coordinación, me encargaba de conseguir los recursos. En el 2001, como vos sabrás, Argentina atravesó una crisis social y política muy importante. Ahí llegaron los conflictos que está situación produjo y yo fui parte de esos momentos tan importantes para él país, expresados en saqueos, protestas en las calles, la gente movilizada todo el tiempo logró sacar a cinco presidentes en una semana, eso fue muy fuerte. Esa participación en esa instancia fue la que terminó de decidir mi participación e interés por la realidad social, por participar en los movimientos sociales en un momento de auge donde se hacían asambleas en las calles, donde la gente decidía en sus territorios, donde todos gritábamos que se vayan todos, que no quede ni uno solo. Ahí se fortaleció más mis deseos y mis ganas de participar en los movimientos sociales y en el 2002 cuando estaba Duhalde de presidente, las protestas seguían, pero me preocupé más de poder trabajar en la organización el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación MAL y nos conformamos con un espacio de diversidad sexual, pero no exclusivamente de diversidad sexual, sino que un espacio que pudiera presentar distintos abanicos de personas discriminadas porque las personas travestis no somos las únicas personas discriminadas y excluidas del sistema.
– Yo conocí tu nombre e historia de lucha por una campaña internacional muy fuerte y llamativa que pedía tu liberación bajo el lema "Liberen a Diana"...
Sí, como liberen a Willy (risas). Hasta entonces nosotras éramos un grupo de personas que luchaban contra la represión policial pero cuando pasó lo de mi detención en 2004, recién iniciado el gobierno de Kirchner, las fuerzas policiales que estaban en el poder representaban otros intereses. Imaginate que recién se iniciaba este proceso que se hizo en Argentina. A nosotras por haber denunciado las mafias policiales y los prostíbulos nos arman una causa y caemos detenidas con mi hermana Yohana Sacayán. Estuvimos presas durante seis meses. Entonces, adentro me dediqué más a la lectura porque tenía mucho tiempo y comencé a escribir y enviar cartas con la gente que me visita; amigos, gente sindicalista, diputados de izquierda, mucha gente que se interesó en nosotras. Fueron meses muy duros y por semejante causa no podía estar en cualquier lugar porque la policial en la primera de cambio me mandaba para el otro lado.
-¿Fue importante la fuerte campaña nacional e internacional para liberarlas?
-Sí, finalmente pasó el tiempo y las organizaciones lograron mi libertad por un acuerdo de prisión domiciliaria. En ese tiempo, durante la prisión domiciliaria, yo pedí permiso para hacer la carrera de educación popular en la Universidad de las Madres de la Plaza de Mayo. Ahí hice la carrera y eso me dio las herramientas, pude sistematizar, hacer un análisis de la realidad, algo tan significativo para una población que vive excluida y marginada. La población travesti en su mayoría no tiene acceso a textos, ni escrituras, ni lecturas, entonces, esto nos ubicaba en un lugar determinado. En Argentina el 84% de las travestis no llegó nunca a hacer la secundaria, el 74% no terminó la primaría y el 3% llegó a terminar sus estudios primarios. Entonces, la situación de exclusión es bastante importante. El 95% vive como única alternativa de subsistencia la prostitución, sumado a todo lo que significa la prostitución.
-¿Qué significa prostitución?
– La prostitución es la forma de explotación social que daña fuertemente la autoestima.
-¿No es un trabajo sexual?
-De ninguna manera. Yo viví en prostitución muchos años, a las compañeras que consideran que esto es la subsistencia para sus vidas las respeto absolutamente, pero nosotras entendemos que es una situación que vive el colectivo trans porque está excluida de la educación, por ende repercute en el acceso al trabajo y queda como única alternativa la prostitución.
-¿Qué hacer entonces?
-Tenemos que brindar oportunidades de igualdad para que las travestis niñas puedan ir a estudiar, jugar y ser felices, como cualquier otra niña o niño. La prostitución se convierte en una situación de marginalidad. Hablo de personas que tienen que estar paradas en una esquina ofreciendo su cuerpo semidesnudo con bajas temperaturas, rodeadas de un clima donde tienen que soportar la violencia policial y callejera, social e institucional, muchas de ellas tienen que recurrir a anestesiantes como son las drogas y el alcohol. Todo este contexto daña la autoestima. Entonces, imaginate en esta situación de exclusión, la autoestima dañada de esta forma, cómo haces para correr a esta persona de ese lugar para que pueda visualizar la situación que está viviendo y hacer un análisis de la situación, eso lleva un proceso, que es el desafío más grande, entregar herramientas a nuestras compañeras travestis para que transformen su realidad. Nosotras podemos dar oportunidades, construir políticas públicas desde el lugar donde estamos, pero es importante que esas políticas públicas tengan un receptor, que las compañeras se apropien de esos proyectos que nosotras armamos, porque si no para quienes lo vamos a hacer; para un grupo de personas que el único lugar que se les corresponde es la prostitución, nosotras somos lo que el contexto que nos rodea dicen que somos, la sociedad dice que nosotras nacemos para prostituirnos y dar placer. Nosotras podemos producir más que placer a cambio de dinero. Nosotras podemos producir discursos, podemos producir políticas públicas.
"Yo hablo desde núcleo travesti más radical de Argentina"
– Pueden producir trabajo también, porque una de las iniciativas que están desarrollando es que las chicas puedan terminar sus estudios, creando programas de educación y cooperativas de trabajo. Cuéntanos de esas interesantes iniciativas.
– Nosotras tomamos como punto de partida y quiebre la introducción hacia la discusión sobre el acceso a las políticas de empleo o micro emprendimientos como quieran llamarle, la primera experiencia que viene de la mano de la Asociación ALITT (Asociación de lucha por la identidad Travesti y Transexual) junto con Lohana Berkins, que es la puesta en marcha de la Cooperativa Nadia Echazú. Ella, Nadia, fue una militante travesti asesinada en Argentina, entonces, está cooperativa textil es la primera cooperativa financiada por el Estado a través del Ministerio del Trabajo de la Nación con el INADI. Esta primera iniciativa lo que hace es poner "el dedo sobre la llaga", hablando en criollo, produciendo efecto en otras organizaciones, como la nuestra, que comenzamos a pensar en brindar empleo a nuestras compañeras, entendiendo que ese primer paso era fundamental. Nosotras queremos y creemos que esas experiencias se tienen que replicar. Por supuesto lo que queremos es trabajo genuino pero por el momento existen estas posibilidades, entonces empezamos a trabajar en estas posibilidades constituyendo la Cooperativa Silvia Rivera.
– Imagino en homenaje a la histórica activista puertorriqueña...
– Sí, Silvia Rivera era una activista latinoamericana que vivía en EE.UU. y jugó un rol esencial en las protestas de Stonewall. Para levantar sus banderas, para reinvindicarla un poco en este mundo gay de hoy tan freelancer, para que entienda que estas grandes fiestas que se hacen es porque hubo gente que murió, porque hubo gente que luchó, que puso el cuerpo, entre ellas Silvia.
– Hace unos años atrás, Argentina hizo noticia internacional y en la comunidad LGBT por los avances que implicó el Matrimonio Igualitario. ¿Cómo vivió la comunidad travesti esa conquista?
– Yo no hablo desde la comunidad travesti en general, yo hablo desde núcleo travesti más radical de Argentina, más politizado. Nosotras hemos tenido una postura por supuesto a favor porque nos parece una base importante en términos de extensión de derechos, pero nosotras no hemos jugado un rol participativo en lo que fue ese proceso. Primero, porque no nos dejaron participar y porque entendíamos que para nosotras no era fundamental el matrimonio. El matrimonio igualitario fue en Argentina la otorgación de un derecho enmarcado en lo que se conoce como un derecho liberal, que es el matrimonio. La Ley de Identidad de Género y la ley de aborto no son derechos civiles sino que son leyes sobre Derechos Humanos porque en estas dos situaciones está en juego la vida. Esa es la gran diferencia entre la Ley de Matrimonio Igualitario y las leyes de Identidad de Género y la ley de aborto. Yo hablo de la vida de las mujeres porque está en juego la vida de miles que intentan hacerse un aborto clandestino y mueren en el camino, junto a las personas travestis que tenemos como segunda causa de muerte la aplicación de silicona industrial. La Ley de Identidad de Género plantea el derecho a la salud y el reconocimiento a la identidad.
– ¿Qué significaría el reconocimiento de esa identidad en la Ley de Identidad de Género?
– Lo que significaría es un paso fundamental del reclamo y el acceso a los derechos que están otorgados en la Constitución Nacional. En lo concreto significaría cambiar en el registro tu nombre sin la obligación de pasar por un proceso psiquiátrico, sin la obligación de pasar por un proceso de medicación, no es obligatoria la hormonización, ni la reasignación, si lo quieres hacer, el Estado lo tiene que pagar. Este proyecto de ley es de avanzada en el mundo porque es un proyecto que quita, según la campaña Stop Patologización, razones de patología para nuestra identidad. Se pone en la práctica en un elemento fundamental que son los Principios de Yogyakarta. En la práctica se reconocerá la identidad pero por supuesto que no es todo lo que deseábamos nosotras.
– ¿Qué sería lo que falta?
-Tú sabes que en todos estos procesos nosotras tuvimos que negociar a través de la constitución de un Frente de Ley de Identidad de Género, integrado por 18 organizaciones del país. Desde adentro hemos dado una discusión respecto a lo que dirán nuestros documentos sobre nuestras identidades. El documento nos va a reconocer como hombres y mujeres. En ese sentido, reconociendo todo lo avanzado que es el proyecto, no podemos dejar de decir es que el proyecto reproduce los parámetro de la binariedad, retoma un discurso binario. Nos cuesta construir nuestra propia identidad travesti. Yo he sufrido miles momentos de discriminación, de violencia, ese es el costo, eso nos costó.
– ¿No se establece un reconocimiento institucional a la identidad travesti?
– No, no existe un reconocimiento pero existen avances importantes. La Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina en un fallo reconoce la existencia de la identidad travesti, junto a distintas normativas y resoluciones ministeriales que reconocen la identidad travesti, no habla de mujeres, habla de travestis. Si bien la ley es de avanzada, hoy lo que propone es un concepto binario, reconocerte como hombre o mujer, por supuesto que eso vamos a ver como lo mejoramos. Tenemos que considerar el contexto en el que nosotras nos hemos constituido como Frente para poder armar una Ley de Identidad de Género en un contexto donde la "gaytud" hegemónica intentaba imponernos un proyecto de ley que representaba a la voz europea, lo transexual como totalizador, querían pasarnos por un filtro de especialistas que dijeran que nosotras éramos quienes nosotras decíamos ser. Logramos sortear este intento de imposición de este proyecto de ley, constituyéndose este espacio que no solamente ha hecho una propuesta parlamentaria, sino que ha logrado que esa propuesta ingrese y ha tenido la coherencia y sensatez de sentarse a hablar con otras organizaciones como ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina), generando un clima más amistoso para vivir el proceso de La Ley de Género.
– ¿Fue positivo ese clima entre organizaciones que marcan diferencias?
– Sí, nos hemos sentado, tanto así que ellas están defendiendo nuestro proyecto de ley.
– Ya pronto regresas a Buenos Aires a seguir con tus luchas e intensos proyectos. ¿Qué te pareció estar en Chile y participar en la Fiesta de los Abrazos del Partido Comunista?
– Lo primero es valorar profundamente la muestra de solidaridad, de cariño de las personas acá en Chile. Después una valoración política del hecho de ser convocada y ocupar este espacio de construcción de una propuesta sindical más amplia, más abarcadora de un abanico de personas y organizaciones y expresiones que se encontraban por fuera de toda posibilidad de sindicalizarse. Luego, los distintos momentos en lo que he participado, tanto de charlas como en lugares universitarios, aquí mismo en esta Universidad de Arte y Ciencias Sociales ARCIS que ha abierto las puertas para poder producir un debate, un intercambio sobre la historia del movimiento de la diversidad sexual o homosexual en Chile y permitirme ser parte de esta instancia. He participado en otros eventos y he conocido a gente interesante. En conclusión, este viaje a servido para ser un puente para fortalecimiento de una articulación que es necesaria en Latinoamérica, es necesaria porque debemos construir nuestro propio discurso que no es el discurso que nos pretenden imponer desde una mirada colonizadora, aquel que pretende imponernos políticas venidas de Europa con ciertas leyes como Matrimonio Igualitario o Ley de Identidad a medias.
Otra entrevista a Diana Sacayán: https://t.co/3rG2SDgOSh
Sobre el abolicionismo y el Modelo Nórdico: https://t.co/5bQItlToRu
Abolicionismo desde una perspectiva marxista: (http://litci.org/es/opresiones/mujeres/una-mirada-marxista-sobre-la-prostitucion/)
DOCUMENTAL "Voces contra la trata de mujeres": https://t.co/t5QIsGjdYA
DOCUMENTAL "Chicas nuevas 24 horas": https://t.co/HPYeqW4urc
Artículos varios: https://t.co/wP0UzcGXee
Sobre la prostitución:
(http://www.elviejotopo.com/topoexpress/kajsa-ekis-ekman-quienes-defienden-la-legalizacion-la-prostitucion-no-se-enterado-nada/)
Cómo se convirtió la prostitución en la profesión más moderna del mundo:
Por Kajsa Ekis Ekman
Cuando se de que la vicepresidenta de una de las "organizaciones de trabajadoras-es del sexo" consultada por Amnistía Internacional en política sobre prostitución había sido condenada por tráfico de seres humanos y proxenetismo, muchas abolicionistas se sintieron horrorizadas, pero no sorprendidas, ya que "los derechos de las trabajadoras del sexo" cada día se utilizan más como eufemismo de los derechos de los proxenetas, los propietarios de burdeles y de los hombres que pagan por sexo.
El discurso del "trabajo sexual" ha hecho posible que "el oficio más antiguo" se convierta en la profesión más moderna del mundo. La prostitución ya no es considerada como un vestigio medieval patriarcal, sino subversiva, liberadora, incluso feminista. A los movimientos feministas se les vendió la prostitución como el derecho de la mujer a su propio cuerpo; a los neoliberales, como un símbolo del libre mercado; a la izquierda, como "trabajo sexual" que necesita sindicatos y derechos laborales; a los conservadores, como un acuerdo privado convenido entre dos personas al margen de toda intervención social; al movimiento LGTB, como sexualidad que exige su derecho a expresarse.
La prostitución se convirtió en un camaleón capaz de adaptarse a todas las ideologías. Y cuando la izquierda abraza la prostitución como "trabajo", lo hace pasando por alto que el marxismo considera el trabajo como algo intrínsecamente alienante que debería ser abolido y el resultado de la pérdida de la capacidad de trabajadores y trabajadoras a decidir sobre sus propias vidas. Otro elemento ausente es la conciencia sobre la forma utilizada por el capitalismo para expandirse de manera incesante en cada vez más dimensiones de nuestra vida, haciéndonos ver nuestros cuerpos y mentes como meras mercancías.
El discurso del trabajo del sexo fue inicialmente un discurso marginal surgido en el ambiente político creativo y caótico de California. Obtuvo relevancia cuando el gobierno holandés lo promocionó con miras a preparar el terreno a la re-legalización de la industria del sexo. Holanda, con su floreciente industria sexual, tenía a todas luces un interés económico en obtener impuestos de ella. El argumento de que la prostitución era un trabajo como cualquier otro resultó ser muy útil. Pero si la prostitución tenía que ser considerada una profesión, era fundamental que hubiera sindicatos, y así fue cómo la organización DeRode Draad (El Hilo Rojo) se convirtió en el primer sindicato de este tipo en el mundo.
De Rode Draad fue fundado por el gobierno holandés y presentado como el sindicato de las "trabajadoras del sexo", pero fue financiado con dinero público desde el momento de su creación y su dirección siempre estuvo en manos de sociólogos y sociólogas, no de personas en situación de prostitución. Hay hoteles en Amsterdam que ponen a disposición de los turistas folletos en los que se les asegura que no deben sentirse culpables de pagar por sexo, ya que "muchas" prostitutas pertenecen al sindicato De Rode Draad. Las referencias a este sindicato son algo prácticamente insoslayable en los libros sobre feminismo de los años 80. Y sin embargo, De Rode Draad nunca llegó a tener más de cien miembros, jamás intervino en un solo conflicto laboral en un burdel y sus representantes, como el sociólogo y la investigadora y escritora, no tenían ninguna experiencia en prostitución.
Sietske Alkink, en el transcurso de una conferencia en 2009, que la demanda de prostitución disminuiría "ya que las mujeres casadas han mejorado mucho en cuestión de sexo". Actualmente trabaja en el Comité Internacional por los Derechos de las Trabajadoras y los Trabajadores del Sexo en Europa (ICRSE), en el que -curiosamente- nos encontramos a menudo con los mismos políticos, universitarios y trabajadores sociales apareciendo una y otra vez y construyendo su carrera profesional a base de hablar del derecho a hacer algo que ellos personalmente no han hecho.
Dado que la industria del sexo ha aumentado en el mundo entero, el discurso del trabajo sexual ha adquirido un estatus hegemónico. Y así fue cómo segmentos de la izquierda y del movimiento feminista se tragaron el anzuelo de la propaganda con el plomo y el sedal: luchar a favor de la prostitución se convirtió en luchar por la libertad. Resulta cuando menos extraño.
Hace cien años, la lucha contra la prostitución era un asunto crucial tanto para el movimiento obrero como para el movimiento de las mujeres. Recordemos aquellos carteles del sindicato británico de estibadores que se hicieron tan populares y en los que se leía "No pararemos hasta barrer toda la miseria, la prostitución y el capitalismo" y "An injury to one is an injury to all", que las feministas convirtieron en la consigna "Nos tocan a una, nos tocan a todas". Los estibadores tenían claro que la prostitución condenaba a sus hermanas de la clase obrera a ser utilizadas por los hombres de clase alta y no estaban dispuestos a permitirlo. Por lo que se refiere al movimiento de las mujeres, lucharon contra la prostitución antes incluso de exigir el derecho al voto: acabar con la trata de esclavos y esclavas era lo más urgente y prioritario.
La prostitución no ha cambiado. Sigue siendo la misma industria, los mismos hombres con dinero comprando mujeres pobres, la misma explotación, la misma violencia y la misma trata (aquello que en el pasado se llamaba "trata de blancas"). Lo que cambió fue la etiqueta. Como dice , una mujer argentina superviviente de la prostitución: "Existe un feminismo que es muy útil para los proxenetas, un movimiento sin movimiento, liderado casi exclusivamente por universitarias, muy lejos del feminismo popular."
Pasé cuatro años viajando por Europa y estudiando las organizaciones del "trabajo sexual" para mi libro L'être et la marchandise (El ser y la mercancía). Vi cómo se repetía siempre el mismo patrón: una organización de "trabajo sexual" con una web muy elaborada y una presencia en las redes impresionante, con cientos o miles de miembros con experiencia en trabajo sexual que en realidad eran tres que quedaban para tomar café. Eso es lo que ocurría, por ejemplo, con el grupo francés Les Putes (ahora llamado STRASS).
También era frecuente encontrar a personas relacionadas con la investigación o con ong's copando la junta directiva mientras que sólo había una persona en la organización con experiencia en prostitución. Esta persona era la única, por supuesto, que hablaba con los medios, como era el caso del ICRSE (International Committee on the Rights of Sex Workers in Europe). En el caso de la organización española Ambit Donà, no contaban ni con una sola persona ejerciendo la prostitución, por mucho que aseguraran "defender el derecho a ser putas". A veces, los grandes sindicatos contaban con una sección para las personas en situación de prostitución, como era el caso de CCOO en España o el sindicato Ver.di alemán, con escasos resultados. Ni una sola persona en situación de prostitución se afilió a CCOO. En la sección sindical alemana de las trabajadoras sexuales me dijeron que "nunca habían tenido más que unas cuantas afiliadas" y que nunca habían tenido ningún conflicto laboral, a pesar de que la industria de la prostitución alemana es la más importante de Europa, con más de un millón de personas vendiendo sexo todos los días.
Igual de decepcionantes fueron de la regulación en Alemania: sólo un 1% de las mujeres prostituidas se registraron como "trabajadoras sexuales". Cuando el Estado se preguntó la razón y realizó una encuesta, muchas mujeres en situación de prostitución respondieron que lo que ellas deseaban era dejarla tan pronto como pudieran y que no querían ver la prostitución más que como una solución temporal.
Huschke Mau, una superviviente alemana de la prostitución:
«Como la mayoría de prostitutas, yo no me registré como tal porque tenía miedo de no poder dejarlo si lo hacía. Porque tenía miedo de que me preguntaran por qué ya no quería seguir trabajando como prostituta si era un trabajo como otro cualquiera. Y eso fue exactamente lo que pasó cuando quise dejarlo. Busqué ayuda en la sanidad pública y sólo recibí incomprensión. Y no conseguí salir. ¿Qué se supone que tenía que decir en la oficina de empleo si iba a pedir una prestación para poder pagar el alquiler y la comida sin necesidad de tener que chupar diez pollas cada día? ¿No me preguntarían cómo me había ganado la vida en los últimos tres meses? Y si se lo dijera, ¿no me preguntarían por qué no quería seguir haciéndolo, habiendo un burdel fantástico allí cerca que me podía contratar?
Una mujer que había tenido que volver a las organizaciones de trabajo sexual con la esperanza de encontrar refugio me contó que la usaron sólo como herramienta de propaganda. TAMPET, otra organización holandesa, recibe millones de euros de la Unión Europea para luchar contra el VIH, pero utilizan ese dinero para repartir condones entre las mujeres inmigrantes y en hacer campaña a favor de la despenalización. Cuando hablé con su representante, otra trabajadora social, me contó que a menudo las mujeres le pedían que las ayudara a salir de la industria del sexo y que ella les respondía que su trabajo no era sacar a las mujeres de ahí, sino enseñarles a ser mejores prostitutas.»
A veces, tras la fachada de los derechos de las "trabajadoras sexuales", hay hasta proxenetas. Es lo que ocurre con el British International Union of Sex Workers (IUSW), que por Douglas Fox, propietario de una de las más potentes agencias de escorts en Gran Bretaña, la Christony Companions. Este Douglas Fox, que se autodenomina "chico escort independiente", aparece a menudo en hablando de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras sexuales y de lo malo que es el feminismo.
Huschke Mau de ese fenómeno que nos encontramos a nivel internacional:
«Cuando habláis de BesD (Berufsverband erotische und sexuelle Dienstleistungen, organización alemana de trabajadoras sexuales), os referís a ella como "una organización de trabajadoras sexuales organizadas", pero ¿os dais cuenta que sólo representa al 0,01% de las prostitutas alemanas? ¿Qué tipo de organización de prostitutas es ésa que incluye también a los propietarios de los burdeles? ¿Explotadores que crean un 'sindicato' para representar a las trabajadoras?
Que un patrón no tenga los mismos intereses que los trabajadores y las trabajadoras es algo obvio para la izquierda, excepto cuando se trata de prostitución. Y así fue que el International Union of Sex Workers (IUSW) fue rápidamente invitado a incluirse como sección dentro del gran sindicato británico GMB y ahí sigue.
La idea de organizar "sindicatos de trabajadoras del sexo" es muy poderosa. Sin embargo, en el transcurso de mi investigación, no encontré ni una sola organización que funcione verdaderamente como un sindicato; es decir, que haya sido creada y financiada por sus miembros, se componga únicamente de personas de ese sector y tenga como adversarios naturales a empresarios y otras personas que obtienen beneficios del sector. La mayoría de estos grupos forman parte en realidad de un lobby que pretende a toda costa legalizar todos los aspectos de la industria del sexo a través del etiquetado de la prostitución como "trabajo".»
Los sindicatos en general hablan de problemas profesionales, de las largas jornadas de trabajo, de los riesgos y de la lucha por los beneficios que genera la actividad profesional. Pero lo más extraño de los auto-denominados sindicatos de "trabajadores-as del sexo" -aparte de no contar con afiliación y de su total fracaso en llevar adelante denuncias laborales contra proxenetas y propietarios de burdeles- es su insistencia en que el "trabajo sexual" es estupendo. Y, sin embargo, la prostitución presenta unos que pocos trabajos tienen: un 82% de las personas en situación de prostitución han sido físicamente agredidas, el 83% han sido amenazadas con un arma y el 68% han sufrido violación. La entre las mujeres que se dedican a la prostitución es más elevada que la de cualquier otro grupo femenino, incluso mayor que la de mujeres sin techo y mujeres toxicómanas. ¿Un sindicato que de verdad representara a las personas en situación de prostitución no debería hablar de estas cosas? Pues muchas de las organizaciones arriba mencionadas hacen justo lo contrario: enmascaran los problemas. Sólo dicen lo mucho que empodera estar en la prostitución, que es una verdadera liberación del patriarcado y una excelente manera de desafiar sus límites.
Dejadme que os diga que eso es algo que nunca vais a oír en la calle.
No hables como si nunca hubieras sufrido la violencia de los hombres: https://t.co/qQfr2HEQ1s
Por qué los hombres buscan mujeres prostituidas y qué piensan de ellas:
(https://t.co/2bu2hJXWBs)
(https://t.co/2bu2hJXWBs)
El putero:
Pero, ¿y entonces, cómo son los puteros? Advertencia: el cuento de que todos los hombres que necesitan la prostitución para satisfacer sus necesidades son discapacitados no es verdad. En 10 años en la prostitución no he tenido un sólo putero discapacitado, además de que es discriminatorio para con los discapacitados calificarlos así, sugiriendo que nadie querría libremente tener sexo con alguien en su condición. Para la parte femenina de la humanidad con limitaciones no aplica, porque ellas tienen sexo más frecuentemente de lo que en realidad quisieran.
De la misma manera, no es verdad que "muchos van solamente a charlar". En todo ese tiempo estuvo conmigo exactamente 1 (en palabras: UNO). Ese tipo de explicación sirve a todas luces para poner a los hombres en el papel de víctimas (ellos tienen que ser siempre fuertes y dominantes, los pobres) y, al mismo tiempo, hablar bonito de lo que en realidad pasa en un burdel.
En cuanto a cómo son los puteros, es completamente variable. Tuve puteros que querían follarme en la ventana de un edificio y luego escupirme, hacerme caminar a cuatro patas y luego eyacular sobre mi cara. Tuve puteros, muchos, que me preguntaron: "¿cuánto cuestas tú?" y con ello quedaba confirmado que allí no se trataba de sexo sino de comprar a una mujer. Tuve puteros que me sonreían malévolamente al darse cuenta de que me dolía (el primero con el que estuve era así). Tuve puteros que trajeron drogas para consumirlas conmigo. Tuve puteros a quienes les encantaba sobrepasar mis límites y hacer algo que no habíamos consensuado. Puteros que quisieron mostrarme el armario donde guardaban las armas, estando en su casa del bosque con dos mastines gigantes (incluidos dos metros de valla de alta seguridad y sin cobertura telefónica), a quienes les complacía preguntarme repetidamente: "¿y, ya tienes miedo?". Algunos se dieron cuenta de que yo no quería continuar, pero de todas maneras siguieron adelante. Algunos eran pervertidos o pedófilos, algunos se masturbaban en el pasillo del edificio donde estaba el apartamento-burdel (sí, así las mujeres no prostituidas también son acosadas por la prostitución, las inquilinas de los otros apartamentos del edificio deben haber estado muy agradecidas por ello). Algunos me preguntaban qué edad tenía yo en mi primera vez o me contaban que les gustaban las jovencitas o los niños ("Trabajo en una granja de caballos, allí hay jovencitas que se ponen muy calientes cuando les das la montura correcta"). Algunos se sintieron impelidos a ofrecerme embarazarme (¿por qué diablos?); algunos me preguntaron si podían "atacarme". Hubo puteros que estaban tan orgullosos de sí mismos y convencidos de su desempeño sexual que yo "debería avergonzarme de, encima, coger su dinero" pues, al fin y al cabo, yo ya "había recibido bastante de ellos". Hubo puteros que regateaban el precio y como no quería bajarlo, me recriminaban que lo único que me interesaba era el dinero y que debería "volverme más humana".
Todo así, como si las mujeres prostituidas fueran una especie de servicio caritativo para hombres. Tuve puteros que creían que tenían que "mostrarme de verdad cómo era" porque "allí afuera no se consiguen una así tan fácil", y puteros que pensaban que me hacían un halago cosificando mi aspecto ("Qué buenas tetas"). No sé con qué frecuencia se me preguntó "si me gustaba follar" mientras yo miraba el techo o el esmalte de mis uñas, no sé cuántas veces escuché de los puteros que "eso sí que era ganar dinero fácil". Algunos puteros se dieron cuenta de que sólo con alcohol o drogas podría estar con ellos y me las ofrecieron. Muchos se divirtieron torturándome y follándome por horas hasta que todo me dolía. Uno se paró con una máscara de esquiar en la puerta y tenía el fetiche de que él era "el malvado enmascarado" que venía a asustar a las mujeres prostituidas de los pisos de burdel (eso salió mal porque yo salí de la habitación y tenía todavía el látigo en la mano). Un putero decía que me había pedido porque él estaba sexualmente fuera de forma, lo había intentado con una muñeca de goma, pero no era lo suyo, y entonces me buscó a mí. Uno casi tuvo un paro cardíaco, lo cual me vino bien, otro era Cristo y después de que se le salió el condón se negó a abandonar su personaje y compartir los costos de la píldora del día siguiente por ser "algo inmoral, aparte de asesinato". Uno quería obligarme a tener un orgasmo ("Si yo quiero que tengas un orgasmo, lo tienes, el cliente es el rey"), y muchos se disculparon por no haber tenido una erección, ya que así yo no podía disfrutarlo.
Hasta aquí podría pensarse que yo estaba en las calles y por eso describo el nivel más bajo en la escala de los puteros. De ninguna manera: todos estos amables caballeros me buscaron en un piso burdel, es decir, en un servicio de acompañantes (escorts) y, por cierto, los clientes de la calle no son únicamente hombres con poco dinero. Son sencillamente tipos a los que no les gusta que les pongan límites y quieren obtener el mayor poder y placer sexual gracias a la miseria ajena.
Cómplices. Saben exactamente lo que hacen.
Si se miran los foros de puteros en internet no se obtendrá un panorama más bonito. Allí hay hombres que se alegran al torturar con electricidad, en un sótano, a jovencitas que no hablan una palabra de alemán: "¡Esta empieza a temblar nomás verme!". La reacción de los colegas puteros del foro: "¡Mis respetos!". Los hombres que piden mujeres obligadas a prostituirse y se alegran de que aún no las han "montado" ("Esta cierra las piernas con fuerza, ¡qué encanto! Aquí hay emociones de verdad, ésta todavía no es una máquina. Le di por el culo hasta que no pudo más.") o desean "ayudar" con la primera "montada": "Los primeros seis meses sólo se puede pedir como esclava, hasta que se haya acostumbrado", "Ahora mismo le estoy enseñando a hacer garganta profunda y créeme, va a aprender", "Ella no sabía que en su anuncio pone que hace anal y todo sin condón, jajaja, por supuesto que se lo hice, era lo que me ofrecieron", "Hace seis meses no hacía sexo anal AO (Alles Ohne: todo sin condón), eso tuvimos que enseñárselo primero para que lo hiciera".
Las prácticas son cada vez más fuertes (eyaculación en la cara, escupir, fisting, cream pie, "pedirlas preinseminadas", violaciones tumultuarias, agujas, lluvia dorada, garganta profunda hasta el ahogamiento o estrangulamiento) y una no se quita la sensación de que eso no se trata de sexo, sino de tortura, de torturar a alguien, a una mujer. Se pregunta frecuentemente qué tan resistente es una mujer, cuánto aguanta el sexo anal duro, cuánto esperma puede tragar sin ahogarse, en resumen, cuánto puede soportar manteniéndose pasiva, calladita ("Si lo ofrecen así de barato en un escaparate, ¡tienen que contar con que un hombre quiere más de lo que dan!"). Lo que tiene que hacer ella en muchos casos: regalarse. Así lo informa un putero en un foro: una mujer prostituida le dijo que tenía tres dueños (!), tenía que estar lista para servir a sus clientes 24 horas al día, hacer "todo sin condón" y no podía negarse a ningún tipo de práctica, y de los 130 euros la hora sólo se podía quedar con 30. Un comentario empático del putero: "Sí, bueno, eso hace polvo, se nota. Pero de todas maneras 30 euros son mucho dinero en Rumania".
No he puesto los vínculos de las discusiones de los foros intencionadamente, para no producir más tráfico de visitas, pero sentíos libres de buscar en Google la palabra clave "puteros".
Sobre otras mujeres. Esposas y novias.
Y es que los puteros no hablan así solamente de las mujeres prostituidas, sino también de otras mujeres ("Las alemanas me ponen de los nervios, esas putas emancipadas") y sobre sus parejas (pues sí, muchos puteros piensan igual, calculo que más de la mitad). Algunos dicen que (aún) tienen buen sexo con su pareja, pero les hace falta variedad (estos se llaman a sí mismos "gourmet"), que disfrutan de consumir el cuerpo de la mujer como si fuera un buen vino que definitivamente hay que probar. Muchos ya no tienen sexo con su pareja, a lo que comentan que ella se niega, que es una mojigata y que "ella misma se ha buscado" que él tenga que acudir a una mujer prostituida, él se ha visto "obligado a eso". Algunos me han contado que su esposa "lamentablemente" se niega a las prácticas que ellos les proponen, lo que los entristece mucho, pero en alguna parte tendrán que vivirlas. (Al preguntar por las prácticas vienen tales perversiones que no es de sorprender por qué sus parejas se negaron). Lo que queda tremendamente claro es que, primero, los hombres se sacuden la responsabilidad (¡la mujer es la culpable de que no haya más sexo o no sea el adecuado!) y, segundo, que mantienen la idea de tener derecho a tener sexo (y en alguna parte tendrán que recibirlo, por el amor de dios, y si la vieja no se los da...). Además, no tienen cargo de conciencia: una vez un hombre me pidió para un "servicio" en su casa. Se hallaba cómodamente sentado en el sofá y detrás de él había enmarcada una foto familiar tamaño extra grande. Cuando se dio cuenta de que yo estaba mirándola me contó alegremente que su esposa estaba en ese momento en el hospital porque estaba pariendo a sus gemelos. Estaba orgulloso y quería celebrar, y ya que ella no podía "en ese preciso momento", me mandó pedir a mí. Algunos puteros me han dicho incluso que en la niñez de sus esposas tuvo que haberles sucedido algo terrible y que por ello tenían sexo de mala gana (y ciertamente nada de sexo anal, oral, tragar semen, fisting, que eyaculen en su cara, ¡ah, qué lástima!), así que no tuvieron más remedio que ir al burdel. Queda perfectamente claro que el abuso sexual no les resulta problemático en sí (el abuso sexual infantil, el abuso del putero hacia su pareja, el abuso del putero hacia prostituidas), sino que los puteros se sienten además como héroes porque se "apiadan" de su pareja no ejerciendo su "derecho". El abuso hacia la esposa llega tan lejos que puede implicar incluirla parcialmente en sexo con prostituidas. Con cuánta frecuencia he escuchado "Mi pareja es un poquito bi, por eso pensé, yo le hago el favor y pido una prostituida y lo hacemos entre los tres", y de inmediato me he negado, porque sabía exactamente que la buena mujer de la que él decía era un poquito bisexual no sabía nada e iba a ser obligada a algo que no quería. Tanto si ellos las "reemplazan" como si "las involucran" lo venden incluso como un "favor" que hacen a sus parejas, que luego se plantea como una bonita oferta: "Oye, me gustaría correrme dentro de mi esposa y tú se lo sacas chupando mientras yo te follo sin condón, ¿vale?". Los hombres se conducen tan seguros de sí mismos en el mundo de la prostitución porque piensan que es algo a lo que tienen DERECHO. Me acosté en bastantes camas matrimoniales y escuché muchas frases de sorpresa de las parejas ("Ay, mira ahora me tengo que ir, ¿sí, cariño? Esto es muy bonito, ¡me alegro de lo de esta noche!"), y me maravillé nuevamente de lo rutinario, libre de culpa y seguros que estos hombres se sentían y seguían en lo que estaban, aun frente a sus parejas, ¿por qué? Cuando alguien hace algo que cree que se merece no tiene que esconder sentimientos de culpa, ¡porque sencillamente no los tiene! La razón por la que no debe saberse es solamente porque sería desagradable que se enterara su pareja.
En un hilo particularmente repugnante, en un foro de puteros, se leía que un marido tenía como costumbre pedir mujeres prostituidas a casa para usar el vibrador de su mujer y luego volver a ponerlo en su lugar sin lavarlo; era su manera personal de vengarse de la mujer que, según él, le debía sexo y no se lo quería dar. Por no hablar de todos los tipos que practican el "todo sin condón" y luego regresan a casa y allí continúan. Aunque para los puteros tanto las prostituidas como las esposas están ahí para eso, para ofrecerles sexo, los puteros diferencian claramente entre unas y otras. Siempre se me dijo: "Eres demasiado buena para el burdel, no perteneces a este lugar", lo que lleva implícito que hay mujeres que no son lo suficientemente buenas (¿para ser esposas?) y que sí que deberían de estar en el burdel. Su desprecio hacia las mujeres va para ambas, parejas y "putas". Se dirige a todas las mujeres.
¿Cómo se puede resumir esto? Los puteros son hombres que ven a las mujeres como ganado. Esto se aprecia claramente en afirmaciones de los puteros como "No tengo que comprarme toda la vaca si sólo quiero un poco de leche". Comparan a las prostituidas con alimentos o bienes consumibles: "En casa hay siempre sopa de guisantes, y a mí lo que me apetece es cerdo asado" o "Conducir un Opel es chulo y está bien, pero de vez en cuando dan ganas de algo más apasionante".
El putero amable
Se me pregunta una y otra vez si no hay puteros amables y, ahí tengo que decir que sí, que sí los hay. Pero no es importante si alguien es amable o no, sino lo que hace. Tuve uno que quería tomarme de las manos todo el tiempo e ir conmigo a comer. Las citas eran horrendas porque tardaban eternidades y así mismo era en la cama. Ese era uno de esos "clientes amables" que quieren, en su mayoría, "girlfriend sex", o sea que quieren la cercanía, la intimidad, los cariños, los besos... todo el paquete, y es agotador porque sobrepasa los límites personales, implica fingir mejor y estropea completamente tu intimidad, precisamente porque te la reclaman por completo. Una ya no puede guardar algo para sí misma cuando también hay que imitar y vender gestos de dulzura (porque, por supuesto, no son verdaderos) que dejan de pertenecerle a una, empiezan a hacer parte del repertorio de entretenimiento y por eso dejan de tener significado y son arrancados del Yo. Estos tienen que rescatarse de nuevo en un futuro libre de puteros y ser desde el principio nuevamente aprendidos. Además de esto, junto con la sensación de ser abusada, a través de la expresión de gestos íntimos de este tipo que llegan a hacer parte misma del abuso, de la sensación de abusar de ti misma, desaparece todo resto de dureza que pudiera protegerte del putero. Es como una entrega total, el putero sobretodo deseaba que yo le actuara el ser su amante. Este era uno de esos "gourmet" que no podían conformarse con su esposa y regularmente intentaba hacerme sentir culpable por los demás puteros para los que tenía que "trabajar". Nunca se le ocurrió la idea de que él era uno de esos incómodos puteros: los puteros no piensan en sí mismos como puteros, sólo los demás son horribles. (A excepción de los sádicos que quieren ser recordados como los más horribles). Me ofreció bastante dinero para que "no tuviera que seguir haciendo eso", pero para los puteros eso no es gratis, los puteros no ayudan así, sin más, no: una prostituida es un bien público y cualquiera quiere recibir algo de allí, y preferiblemente "ayudan" para hacerse con su pequeña "puta" personal. En cuyo caso tendría que encontrarme con él y sólo con él y sin dinero. Quería prácticamente "comprarme".
Los hombres piensan tanto que tienen derecho a obtener sexo que, en realidad, en lo más profundo de su ser, ya no pueden entender por qué razón tienen que pagar. Si se hace una buena actuación, entonces significa que "algo de eso" se disfrutó y por lo tanto el putero no debería pagar (es decir, se crea una ilusión positiva) y si la actuación no fue lo suficientemente buena, a saber, fue una "ejecución insuficiente", pues tampoco tendría por qué pagar. ¡No hay manera de ganar!
La visión de los puteros sobre las prostituidas tiene dos caras, por un lado, desean una máquina que todos tratan igual ("Tiene que hacer lo que ofrece, da igual quién venga", no hay cabida para una negativa por parte de ella) y, por el otro lado, quieren ser algo especial. O porque son tan tremendamente buenos en la cama o porque, cuando son sádicos, pueden hacer polvo a la prostituida. Lo que nunca quieren ser: uno como los demás, el número 8 o el 9 de la lista del día. No, una debería recordarles para siempre, es una cuestión de ego.
Por qué van los hombres con prostituidas
A la pregunta de por qué los hombres van con prostituidas hay varios estudios que tratan de dar una respuesta. Por desgracia se olvida, sobre todo entre las científicas alemanas, que los puteros entrevistados responden como lo espera la sociedad ("Soy romántico", "Me gusta probar cosas", "Ya no tengo sexo en mi casa") y muestran una imagen suave que no se corresponde con la realidad (¡en los foros de puteros obtendrían una visión un poco más fuerte!). Exponentes de esos "estudios" se encuentran, por ejemplo, en los diarios Süddeutschen y Tagesspiegel.
Y entonces, ¿por qué hacen esto los hombres? Algunos son sencillamente sádicos que odian a las mujeres y quieren darles una "lección de sexo hardcore o follar con odio". Algunos son unos pusilánimes que tienen la necesidad de probarle su virilidad a una mujer prostituida y otros son "románticos", que quieren establecer alguna clase de conexión, de relación, un romance. Todos tienen algo en común: piensan que tienen el derecho de obtener sexo, en ellos hay una cierta misoginia inherente y se orientan hacia una imagen de la masculinidad como algo tremendamente superior. Pero sobre todo: saben o podrían saber que esas mujeres no se acuestan con ellos por gusto y voluntariamente. Pero esto LES DA IGUAL.
Se ordena como en un restaurante: "Un francés total por favor, con anal después", y luego se busca un cuerpo en particular del menú para ser consumido. El aspecto de la elección del cuerpo es, a propósito, la prueba de que el sexo no es un servicio: no da igual quién lo brinda porque no se trata sólo de sexo, se trata de USAR a una mujer.
Ni siquiera los románticos buscan una cercanía verdadera. Tienen la imagen de una mujer, se forman una idea de una relación con esa mujer y pagan por eso, lo que cuenta es recibirlo, sin importar cuál sea la realidad. Y los sádicos tienen la idea de usar a la mujer de la misma manera y con el precepto de que la voluntad de ella tampoco importa. La prostitución no funciona sin ser forzada, nunca habrá suficientes mujeres que se prostituyan "voluntariamente". De hecho, una parte tendrá que ser siempre forzada. Los puteros puede que con frecuencia no sepan si tienen debajo una prostituida forzada, eso les es simplemente indiferente. El que sean forzadas no les molesta a los puteros, les molesta sólo si tienen que verlo porque les daña la imagen que se habían formado en la cabeza. O les parece estupendo (como a los sádicos), o no vuelven allí (porque la ilusión por la que pagan no se concreta) o hablan frívolamente del asunto (hace poco en un foro de puteros encontré: "¿Qué es estar obligado? Yo tengo que levantarme todos los días y comer, eso también es estar obligado"). Las prostituidas no son mujeres para los puteros, aunque expresen que tienen dolor "hacen como si nada". Lo mejor sería tener una con la que pudieran hacer lo que les da la gana y que, sin embargo, les sonriera: como una muñeca. El 66% de los puteros saben que muchas mujeres son forzadas por proxenetas, pero les da completamente igual. El 41% van de todas maneras con conocimiento directo de que se trata de una víctima forzada a prostituirse.
De putero a delincuente.
Aquí incluyo mi experiencia. Cuando todavía estaba en los pisos de burdel, muchos puteros tenían claro que en la habitación vecina había alguien sentado, y cuando estaba en el servicio de acompañantes muchos se sorprendían de que no tuviera un "jefe", a saber, un proxeneta. Así de acostumbrados están a esta figura.
Hubo puteros que vieron con claridad mi asco y a quienes no les importó ("Deja de darte la vuelta cuando quiero besarte", "Tengo la sensación de que ya no quieres ver más rabos"), también hubo los que se excitaron y a los que mi asco les dañó la imagen por la que habían pagado y nunca más volvieron. Todo es acerca del control, del control sobre las mujeres. Unos se enfadan si la actuación no fue lo suficientemente buena, los otros se alegran si a la prostituida se le cae su máscara de autocontrol y ahí es cuando dan el golpe. La violencia por la que se paga es sólo un lado, el otro lado es la violencia que no se acuerda: las violaciones, las torturas, las palizas y el asesinato.
Se trata de tener una mujer bajo control, hacer que haga lo que se desea, que sea lo que se desea. Y este es el punto central de la prostitución: todo está centrado en las necesidades del hombre, el sexo está siempre disponible, él no tiene que hacer nada, tiene para su elección los cuerpos de las mujeres, el principio del rechazo no se prevé. Aunque a los puteros les gusta escuchar que una prostituida "rechaza de plano también clientes" porque les da la sensación de pertenecer a un círculo de élite, ellos mismos no pueden imaginarse ser el cliente rechazado. Cada vez que he rechazado a un cliente fue un firme NO, algo que ellos hasta la fecha nunca habían considerado posible y a lo que reaccionaron con tanta agresividad que era como si yo les debiera algo, como si yo fuera un baño público al que sólo ellos no tuvieran entrada, como si yo hubiera roto las reglas del juego.
Quien ahora crea que hablo de la minoría, de un número reducido de hombres enfermos, se equivoca. Dependiendo del tipo de estadística que se mire, uno de cada cinco hombres acuden a mujeres prostituidas o 3 de cada 4. Igual como se calcule, cada día de 1 a 1.2 millones de hombres van a prostíbulos alemanes, sin contar con los que ven películas con contenido de prostitución (es decir, pornografía). Porque ellos en cierta forma también son puteros.
Melissa Farley en un estudio descubrió que los puteros violan con más frecuencia que los que no lo son. De aquí se concluye que la prostitución tiene un efecto de aprendizaje sobre los hombres, les enseña que la violencia contra las mujeres bajo ciertas condiciones está bien. No es sólo que a la prostitución llegan especialmente muchas mujeres que fueron abusadas, sino que viven allí aún más violencia, los puteros tienen pocas inhibiciones frente a lo que la violencia sexual se refiere a la hora de visitar a mujeres prostituidas. Y todo esto significa que:
La prostitución es el efecto de la violencia contra las mujeres, es en sí mismo violencia contra las mujeres y es la causa de la violencia contra las mujeres.
La prostitución es un asunto de todas las mujeres.
Por todo esto la prostitución importa a TODAS las mujeres. Si una mujer es comprable, todas lo son: con cuánta frecuencia he escuchado de los puteros que mejor me pagan a mí, pues "cualquier otra resulta más cara porque hay que comprarle flores, pagar cenas en restaurantes, etc., y al final ni siquiera es seguro que ella te dé algo". A esto se suma que el putero con frecuencia reajusta las escenas de violencia pornográfica de burdel pasando de voyerista de violencia sexual a ejecutor directo de ella, pues ellos definen estas prácticas como normales, realizables y sin consecuencias, y entonces van y se las proponen a sus parejas, a las que se dejen. La prostitución no está fuera de la sociedad, es producto de ella y es necesaria para cimentar este rol tradicional una y otra vez: hombre activo y agresivo, mujer pasiva y servil. Ella es financieramente dependiente de él mientras él pueda obtener beneficios sexuales, las necesidades de ella no son una prioridad. No es casualidad que las defensoras de la descriminalización total de la prostitución repitan siempre que es mejor que el matrimonio ya que ambos, matrimonio y prostitución, se basan en un mismo principio fundamental. Es tan triste que vivamos en una sociedad que no sea capaz de imaginarse una sexualidad en la que las mujeres no reciban ninguna COMPENSACIÓN porque al fin y al cabo no se les ha causado ningún DAÑO.
En vez de esto, vivimos en una sociedad que cree que los hombres tienen el derecho a tener sexo en todas las condiciones y aun cuando eso signifique que una mujer sea forzada. Es una pena, pero así es, ¿no? El mundo es sencillamente malo.
Claramente los deseos de los hombres parecen más importantes que la integridad física y mental de las mujeres, sin olvidar que son más importantes aún que su propia autonomía sexual.
Porque la prostitución es lo contrario a la libertad sexual, y los puteros lo saben, pero no les importa, o no lo saben pero tampoco quieren saberlo. En suma: ¿queremos vivir en una sociedad en la que para los hombres las mujeres deben reprimir su asco y a los que, EN EL MEJOR DE LOS CASOS, les da igual?
Los puteros no ven a las prostituidas como mujeres, sólo ven un objeto, un cuerpo, incluso un accesorio decorativo. No pueden realmente saber en verdad cómo está ella, por qué está prostituida, qué es lo que realmente piensa, qué vida ha tenido hasta ahora, si en este momento quiere estar allí o no. A ellos no les importa. Lo que todos los puteros tienen en común es que no les importan los derechos de la mujer, su voluntad y sus sentimientos, les dan completamente igual: indiferencia.
Los puteros pagan por la ausencia de dignidad, de ego y de voluntad de la mujer, y la pregunta es: ¿por qué necesitamos una institución que les haga esto posible?
Carta de la superviviente de la prostitución alemana Huschke Mau a la ministra Schwesig: http://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/carta-de-la-superviviente-de-la-prostitucion-alemana-huschke-mau-a-la-ministra-schwesig
La prostitución en el corazón de la barbarie capitalista
Una práctica ligada a la desigualdad y el machismo
Por Yolanda Martos
La prostitución es ya la tercera industria en beneficios de las economías ilícitas. Una práctica que puede suponer hasta el 5% del PIB en China o en Países Bajos. Va en aumento por la desigualdad creciente y está potenciada por la industria de la pornografía, desde que en la década de 1990 empezaron a invertir en ella grandes corporaciones como General Motors, AT&T o el Banco de Irlanda.
Rosa Cobo, socióloga, profesora universitaria, autora, nunca pensó que la prostitución en sí, pudiera ser un objeto de estudio para ella, hasta que empezó a encontrarla cada vez que intentaba explicar el capitalismo global: migraciones, pobreza, relaciones norte sur, industria, enriquecimiento, mafias, tecnología... Una industria que ha ido creciendo hasta ser la tercera en beneficios de las economías ilícitas, y que empieza su expansión- según detalla en su libro La prostitución en el corazón del capitalismo – con las políticas neoliberales.
La transformación de la 'prostitución artesanal' en una poderosa industria está vinculada a los mercados desarraigados, y a los métodos de extracción y destrucción de la economía global
Rosa Cobo
Investigadora y escritora
Cuando es el propio Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional quienes reclaman a los países endeudados que edifiquen una industria del ocio y del espectáculo para facilitar el pago de la deuda, saben que la prostitución infantil y adulta se convierte en parte fundamental de esa industria.
“No solo eso, cuando el primer ministro tailandés afirmó que sería necesario sacrificar al menos a una generación de mujeres para lograr el desarrollo económico del país, y cuando, un ministro de Gabón declaró en la radio que legalizar la prostitución era la única manera de desarrollar el turismo en la zona, nos damos cuenta de que hay países y comunidades enteras que dependen del cuerpo de las mujeres", explica Cobo, directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la Universidad de A Coruña,a bez.es.
La investigadora agrega que "la transformación de la 'prostitución artesanal' a lo que es hoy una poderosa industria está vinculada a los mercados desarraigados, y a los métodos de extracción y destrucción de la economía global. La prostitución crece entre la economía legal y la ilícita o criminal. En China, la prostitución supone el 5% de su economía, y Chivas Regal aumentó un 12% sus ganancias por su asociación con prostíbulos tailandeses”.
La pornografía es la pedagogía de la prostitución
El hecho de que en los países del norte se haga turismo sexual y se demanden mujeres de otros lugares tiene que ver, entre otras razones, con que apenas hay mujeres de sus propios países que se prostituyan, explica Cobo, que dirige también la V Edición del Máster en Igualdad y Equidad en el Desarrollo de Cooperacció en la Universidad de Vic.
"La demanda aumenta, y el consumo de prostitución se fomenta en el capitalismo. ¿Cómo se buscan mujeres nuevas? Se acude a la trata, bien por promesas de matrimonio o violentamente"
"La demanda aumenta, y el consumo de prostitución se fomenta dentro del capitalismo, como cualquier otro consumo, ya sea de ropa, o de zapatos, que hay que cambiar. ¿Cómo se buscan mujeres nuevas? Se acude a la trata, bien por promesas de matrimonio o violentamente. Y, si antes, los proxenetas violaban grupalmente a las chicas hasta dejarlas indefensas, ahora además las someten a horas de visionado de pornografía para que sepan lo que tienen que hacer y normalicen lo que les espera", explica la autora, quien añade que a los consumidores de prostitución les ocurre lo mismo.
"A los consumidores, la pornografía les hace normalizar los actos más aberrantes y además les confiere una impunidad y cierto grado de complicidad. Si estamos viviendo un aumento de demandantes de prostitución entre los jóvenes, es porque tienen cada vez más a mano la pornografía. Y la pornografía también prescribe cómo deben ser, varones y mujeres en su manera de entender y vivir la sexualidad”, sostiene.
¿Lo que hace iguales a los hombres es ir de putas?
“Ser hombre no tiene que llevar a consumir prostitución. Eso que quede claro. Pero sí es cierto que ir de putas les iguala: celebran un negocio de éxito, el triunfo de su equipo, y cada vez van más en grupo, deshumanizando a las mujeres que usan porque ese es el mensaje de consumo. Y lo hacen tanto los ricos como los pobres, con el argumento de que buscan consuelo o con el de que buscan diversión. Eso les une. Es el llamado 'pacto sexual' por el que cada varón tiene derecho a una mujer para él solo, y hay, además, otras para repartir. Por eso la prostitución es la intersección entre el capitalismo y los patriarcados de distintas culturas. Con más o menos recursos, los varones occidentales comparten con los del resto del mundo la posibilidad de usar sexualmente a las mujeres”
El mayor interés por legalizar lo tienen los proxenetas
En su libro, Cobo utiliza la cita de Kant que dice: “No se puede ser a la vez propiedad y propietario, cosa y persona”. Pero cuando se escuchan voces a favor de la legalización, tanto desde las propias mujeres como de parte de hombres de izquierda, queda la duda.
"Es muy difícil distinguir entre prostitución voluntaria y trata"
“Si escuchamos las voces de estas mujeres, ¿por qué no escuchar también a las que han salido de la prostitución? Y, de otra parte, ahí tenemos los ejemplos de Países Bajos y Alemania. Ha aumentado la prostitución, y con ella ha subido también la criminalidad. Hay capos de la droga en las cárceles, pero no hay proxenetas en las cárceles. Los proxenetas se mueven por los mismos circuitos de drogas, órganos y trata. Realizan la trata porque la demanda es creciente, lo que, a mi modo de ver, hace muy difícil distinguir entre prostitución voluntaria y trata", explica Cobo.
"Sin la primera, no existiría la segunda. El caso de España es un ejemplo, con el 90% de extranjeras en prostitución. Y desde el punto de vista de las voces de izquierda, señalar que han dado por legítimo el 'pacto sexual' impuesto por los patriarcados, y lo que se necesita es generar pensamiento crítico. La prostitución es dominio, poder y violencia. Legalizarla sería legitimar que en cada mujer hay una potencial prostituta solo por ser mujer. Las primeras marxistas pedían la abolición de la prostitución y hoy, la prostitución está en el centro del neoliberalismo, en el corazón de la barbarie”, señala.
Sobre AMMAR:
3. “Las víctimas creían que Ammar las protegía”: https://t.co/VpzUIgHSVa
7. "AMMAR da a proxenetas y tratantes lo que necesitan para armar su discurso": https://t.co/7WXHsrKjzE