¿Qué pasaría si un hombre viviera en una sociedad hembrista?

Es cierto, hombres, vivís en un matriarcado. Voy a exponer de qué forma nosotras, mujeres, os oprimimos y estamos por encima de vosotros:
Desde que sois pequeños os adoctrinamos con frases como: "No te quejes si las niñas te molestan", "no hagas eso, no es propio de señoritos". Mientras a las niñas no se las cuestiona por hacer lo que quieren, a vosotros os preparamos para servirnos y cuidarnos cuando crezcáis.
Fregonas y cocinitas en miniatura, bebés con carritos, esos son los juguetes más normales para los niños, preparándolos para ser cuidadores.
Cuando entréis en la adolescencia, la sociedad os vapuleará por no ser lo suficientemente guapos, delgados y por no encajar en el cánon. Empezaréis a odiaros a vosotros mismos. Sin embargo, ellas no tendrán que preocuparse por el cánon: serán felices mientras vosotros lloráis.
Y por no hablar de que tendréis que tener cuidado de con quién os enrrolláis. Si es con pocos, sois unos estrechos, con muchos, unos guarros. Mientras, las chicas se jactan de haberse tirado a Fulano o a Mengano. Cuantos más tíos, mejor. Como si fuérais meros trofeos para su ego.
Y ni se os ocurra vestiros indecentemente al salir a la calle; a ver si a alguna mujer le dan ganas de violaros. Si pasa será vuestra culpa.
Cuando vayais a salir, vuestros padres os preguntarán siempre con quién vais a salir y a dónde, y os dirán que no se os ocurra volver solos. Y por supuesto, si tenéis que volver tarde a casa solos, os dirán que le pidáis a al menos una amiga que os acompañe. Por vuestra seguridad.
No entendéis por qué no podéis ir solos mientras vuestras amigas gozan de toda libertad para moverse como quieren. Es injusto.
Alguna vez habéis tenido que volver solos a casa. Y joder, el miedo es horrible. Algunas mujeres os han mirado lascivamente y acosado. Esta vez una mujer os ha lanzado un comentario sobre lo que os haría. Os habéis sentido incómodos, y sentís miedo. Aceleráis el paso. Ya casi estáis en casa, sacáis las llaves y las empuñáis con fuerza entre los nudillos porque escucháis a una mujer andar muy cerca vuestro. Al fin en casa. Nada ha sucedido, pero podría. Nadie garantiza que esa mujer no fuera una de las que viola a un hombre cada 8hs en España. O de las que asesinan cada 18 horas en Argentina.
Es una situación que muchos de tus amigos han pasado, pero esta vez te ha tocado a ti. Paremos de generalizar y sigamos hablando de tu vida:
Ahora tienes que poner la mesa y ayudar a tu pobre padre. Tienes una hermana mayor pero ella no hace nada. Vosotros debéis hacer las tareas.
Empiezas a salir con una chica. Al principio todo va genial, pero ella te aísla de tus amistades, y poco a poco gana control sobre ti. Te dice que si la dejas, se mata. Pero eso es amor, ¿no? Lo dicen las pelis. Decides aguantar. Pero un día te fuerza a tener sexo: te viola. Te das cuenta del abuso que ha hecho sobre ti, y se lo cuentas a tus amistades. Te ridiculizan. "¿Cómo te va a violar?, ¡si es muy buena!". Piensas en denunciar, pero ¿quién va a creerte? No tienes moretones ni ninguna prueba física. Te dicen que estás loco, ¡eres un exagerado! Con ayuda de algunos amigos, consigues que tu novia te deje en paz. Tras este trauma, no quieres tener relación con mujeres en mucho tiempo.
Empiezas a informarte sobre hombrismo, un movimiento que defiende la liberación del hombre. Y ya nunca vuelves a ver a la sociedad igual. Te das cuenta de todo por lo que las mujeres y la sociedad te han hecho pasar, a ti y a tus compañeros. Y decides luchar ante la injusticia.
No puede ser que los hombres cobren menos que las mujeres, sean considerados inferiores, y se les eduque para complacer a la mujer.
La mayoría de mujeres te atacará por esto y dirá que eres un extremista, un amargado malfollado, que te vayas a fregar a la cocina, hombre. Pero soportarás todos esos insultos, amenazas, burlas porque no quieres que nunca más tus compañeros sean considerados inferiores por haber nacido hombres.
Mientras haya un hombre con miedo por la calle, siendo insultado por mujeres y relegado a un segundo plano por su sexo, no descansarás. Esto es lo que supone vivir en un matriarcado siendo hombre. Y serás atacado, cuando tú sólo quieres ser tratado igual que una mujer. Serás un paria, un extremista. Así trata la sociedad a quien lucha por sus derechos. Pero tú no te rendirás hasta acabar con el matriarcado.
 Pero tú no te rendirás hasta acabar con el matriarcado
(Fin del paralelismo)

Twitter: @lady__hurricane

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